Texto Bíblico

Levítico 19: 26 – 37 NVI

“26 »No coman nada que tenga sangre. »No practiquen la adivinación ni los sortilegios. 27 »No se corten el cabello en redondo ni se despunten la barba. 28 »No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el SEÑOR. 29 »No degraden a su hija haciendo de ella una prostituta, para que tampoco se prostituya la tierra ni se llene de perversidad. Otros deberes 30 »Observen mis sábados, y tengan reverencia por mi santuario. Yo soy el SEÑOR. 31 »No acudan a la nigromancia, ni busquen a los espiritistas, porque se harán impuros por causa de ellos. Yo soy el SEÑOR su Dios. 32 »Ponte de pie en presencia de los mayores. »Respeta a los ancianos. »Teme a tu Dios. Yo soy el SEÑOR. 33 »Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal. 34 Al contrario, trátenlo como si fuera uno de ustedes. Ámenlo como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el SEÑOR y Dios de Israel. 35 »No cometan injusticias falseando las medidas de longitud, de peso y de capacidad. 36 Usen balanzas, pesas y medidas justas. Yo soy el SEÑOR su Dios, que los saqué de Egipto. 37 »Obedezcan todos mis estatutos. Pongan por obra todos mis preceptos. Yo soy el SEÑOR.»”

Reflexión

Adivinación y espiritismo, una ofensa a nuestro Dios

La santidad implica responsabilidades sociales para con la naturaleza y para con nosotros mismos. Nuestro cuerpo es el templo sagrado del Señor y todo lo que Él nos ordene al respecto, lo hace no con el objetivo de amargarnos la vida, sino para nuestro bien y el de todas las personas que nos rodean.

Desde la antigüedad hasta nuestros tiempos, se ha utilizado la adivinación como un medio para ver el futuro. Es una realidad que el horóscopo, la hechicería, la lectura de las cartas, el espiritismo, la lectura de la mano y otras prácticas, buscan que confiemos en todas éstas cosas antes que en Dios. ¿Si nuestro Señor obra TODO para nuestro bien, qué sentido tiene que andemos averiguando por ahí lo que nos espera en el mañana?, Nuestro Padre nos insiste en que no debemos preocuparnos por lo que pasará en el futuro, sino de vivir conforme a su voluntad cada día de nuestra existencia. Si lo hacemos, Él se irá ocupando de satisfacer todas las necesidades a lo largo de nuestras vidas. No se dejen engañar, si el adivino, hechicero, astrólogo o como se hagan llamar, les dice que lo que hacen es en el nombre de Dios, les puedo asegurar que no se trata de nuestro Padre, sino del rey de las mentiras (satanás), quien busca disfrazar de bueno lo que SIEMPRE el Señor ha llamado malo.

Las prácticas paganas de aquellos tiempos, tenían una connotación moral y religiosa muy fuerte. Rendirle culto a los muertos, las marcas en su cuerpo o llevar ciertas señales en su apariencia, era la manera como le rendían reverencia a sus dioses falsos. Debemos tener cuidado de no imitar aquellas costumbres. Actualmente, en varios países se celebra el día de los muertos, se invocan a las ánimas benditas, se baila en torno al diablo por tradiciones de algunos pueblos, entre otras cosas. Si dices creer en Dios, que eres su hijo y esperas recibir sus bendiciones, debes ser radical en evitar practicar éste tipo de cosas. Nuestro Padre es significado de vida no de muerte, es la única verdad que debemos profesar.

Como cristianos, debemos glorificar a Dios con nuestro comportamiento. Cuidar de nuestros hijos y nuestros padres es una obligación. Ellos son personas a las que debemos proteger, no explotar económicamente o maltratar.

Cuídate de irrespetar a los mayores, de no hablar mal de tu iglesia, líderes espirituales o pastores, porque ellos son autoridad puesta en la tierra, para guiarnos y orientarnos por medio de su experiencia y conocimiento. Si ellos hacen algo mal, no somos nadie para juzgarlos o señalarlos, el único que puede hacerlo es Dios.

 

Oremos

Gracias Dios por la claridad con la que nos indicas el camino que debemos seguir, en la búsqueda de tu aceptación y amor. Perdóname si en algún momento de mi vida, me he dejado seducir por el mundo, acudiendo a espiritistas, adivinos y otras cosas, para conocer mi futuro, desconociendo tu soberanía sobre mi vida y entregando mi confianza al mejor postor, antes que a ti, que SIEMPRE quieres lo mejor para mí. Perdóname por seguir costumbres humanas, por descuidar mis bendiciones (mi(s) hijo(s) o mis padres), por afirmar cosas en contra de mi iglesia o mis líderes, te pido que los bendigas en tu santo nombre, respáldalos en cada una de sus actividades y llénalos de la fuerza para seguir por el buen camino. Declaro que mi futuro está en tus manos y que es consecuencia de cumplir el plan maravilloso que tienes para mí. Te amo mi Dios lindo, eres mi Salvador y mi Señor, en el nombre de Jesús, amén.

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