Texto bíblico

Génesis 22: 20-24 y Génesis 23 (NVI) Los hijos de Najor «20 Pasado cierto tiempo, Abraham recibió la noticia de que también Milca le había dado hijos a su hermano Najor. 21 Su hijo primogénito fue Uz; luego nacieron sus hermanos Buz y Quemuel. Este último fue el padre de Aram.22 Después siguieron Quésed, Jazó, Pildás, Yidlaf y Betuel, 23 que fue el padre de Rebeca. Éstos fueron los ocho hijos que Milca le dio a Najor, hermano de Abraham. 24 Najor también tuvo hijos con Reumá, su concubina. Ellos fueron Tébaj, Gaján, Tajás y Macá». Muerte de Sara «23 Sara vivió ciento veintisiete años, 2 y murió en Quiriat Arbá, es decir, en la ciudad de Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham hizo duelo y lloró por ella.3 Luego se retiró de donde estaba la difunta y fue a proponer a los hititas lo siguiente: 4 —Entre ustedes yo soy un extranjero; no obstante, quiero pedirles que me vendan un sepulcro para enterrar a mi esposa. 5 Los hititas le respondieron: 6 —Escúchenos, señor; usted es un príncipe poderoso entre nosotros. Sepulte a su esposa en el mejor de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros le negará su tumba para que pueda sepultar a su esposa. 7 Abraham se levantó, hizo una reverencia ante los hititas del lugar, 8 y les dijo: —Si les parece bien que yo entierre aquí a mi difunta, les ruego que intercedan ante Efrón hijo de Zojar 9 para que me venda la cueva de Macpela, que está en los linderos de su campo. Díganle que me la venda en su justo precio, y así tendré entre ustedes un sepulcro para mi familia. 10 Efrón el hitita, que estaba sentado allí entre su gente, le respondió a Abraham en presencia de todos ellos y de los que pasaban por la puerta de su ciudad: 11 —No, señor mío, escúcheme bien: yo le regalo el campo, y también la cueva que está en él. Los hijos de mi pueblo son testigos de que yo se los regalo. Entierre usted a su esposa. 12 Una vez más, Abraham hizo una reverencia ante la gente de ese lugar, 13 y en presencia de los que allí estaban le dijo a Efrón: —Escúcheme, por favor. Yo insisto en pagarle el precio justo del campo. Acéptelo usted, y así yo podré enterrar allí a mi esposa. 14 Efrón le contestó a Abraham: 15 —Señor mío, escúcheme. El campo vale cuatrocientas monedas de plata. ¿Qué es eso entre nosotros? Vaya tranquilo y entierre a su esposa. 16 Abraham se puso de acuerdo con Efrón, y en presencia de los hititas le pagó lo convenido: cuatrocientas monedas de plata, moneda corriente entre los comerciantes. 17 Así fue como el campo de Efrón, que estaba en Macpela, cerca de Mamré, pasó a ser propiedad de Abraham, junto con la cueva y todos los árboles que estaban dentro de los límites del campo. 18 La transacción se hizo en presencia de los hititas y de los que pasaban por la puerta de su ciudad.19 Luego Abraham sepultó a su esposa Sara en la cueva del campo de Macpela que está cerca de Mamré, es decir, en Hebrón, en la tierra de Canaán. 20 De esta manera, el campo y la cueva que estaba en él dejó de ser de los hititas y pasó a ser propiedad de Abraham para sepultura».

Reflexión

Advertencia ante el facilismo de lo incorrecto En el pasaje bíblico de Génesis 22: 20-24, se presenta la genealogía de Rebeca, aquella que vendría a ser más adelante, la esposa de Isaac el hijo de Abraham. En Génesis 23, se describe la muerte de Sara, en tierras en donde ella y su familia, eran extranjeros y por ende, no tenían derechos legales, pero Abraham, permaneció fiel a la promesa que el Señor le había dado de la tierra prometida, para él y su descendencia. Los Hititas, controlaban la región de Hebrón y Abraham quien ya llevaba bastante tiempo viviendo allí, era respetado y tratado con reverencia y respeto por lo que lo halagaron al hablar con él, respecto al negocio del sepulcro para su esposa. Abraham, pudo dejarse deslumbrar por las palabras utilizadas por ellos al dirigirse a él, y pudo ceder ante el ofrecimiento de tomar el terreno gratis, sin embargo, insistió en hacer lo correcto, dejando de lado el inmediatismo y facilismo del ofrecimiento, sin dejarse tentar, a pesar de la urgencia que ameritaba la situación. Como en muchas de las circunstancias que vivimos hoy en día, encontramos personas que se aprovechan de nuestra tristeza, nuestros tropiezos, o de los momentos de dificultad que atravesamos, para sacar ganancia de eso, sin ningún tipo de escrúpulo. Es importante recalcar, que Abraham, al realizar el negocio, planeó un lugar también para que él y el resto de su familia, fueran sepultados también allí, evitando así, que al morir alguno de ellos, tuvieran que enfrentar una situación similar. No se dejó presionar y aunque el precio a pagar por aquel terreno era demasiado alto, fue responsable, pagando por lo justo, cerrando de ésta manera, la brecha para que posteriormente éste le fuera reclamado por no existir el derecho legal que lo reconociera como dueño del terreno o quedara comprometido con Efrón por dicho regalo, que escondía las verdaderas intenciones del corazón avaro del líder hitita. Hacer lo correcto delante de Dios, no es fácil, más aún, cuando el mundo nos ofrece hoy el obtener dinero rápido y sin esfuerzo, adquirir bienes sin pagar lo justo o alcanzar comodidades resultado de lo ilegal, porque aparentemente todos lo hacen y hay que aprovechar las oportunidades que se nos presenten, sin medir las consecuencias. Nuestras decisiones faltas de sabiduría, sin visión del mañana, dejan abierta la puerta de tu casa de par en par para que el enemigo, sin contemplaciones destruya tu familia y tu hogar. Actuar bajo los preceptos y principios contenidos en la palabra, es la manera de proteger tu patrimonio y brindar paz y tranquilidad a tu familia. Entrégale al Señor el control de tus decisiones, en el proceso, Él formará tu carácter, te hará más fuerte, te dará libertad y te salvará de las manipulaciones y malas intenciones de otras personas. No siempre el camino fácil y aparentemente conveniente, conduce a la bendición y a la verdad. Sé obediente y obtendrás la recompensa eterna de caminar bajo la guía de un Dios que SIEMPRE quiere lo mejor para sus hijos.

Oremos

Padre, nos postramos delante de ti, para pedir tu bendición. Guíame en cada decisión que hoy deba tomar, para que no me deje llevar por lo que el mundo me ofrece, sino que al hacer lo correcto delante de ti, mi familia y mi hogar se mantengan estables y protegidos por tu mano poderosa. Dame la fuerza, para mantenerme firme en tus enseñanzas, acrecienta mi fe y permíteme gozar de la sabiduría que puedes darme en cada acción que emprenda día a día. En el nombre de Jesús y bajo la unción de tu santo Espíritu, Amén.