“Pero benditos son los que confían en el SEÑOR y han hecho que el SEÑOR sea su esperanza y confianza”

(Jeremías 17:7 NTV)

Con el honroso podio de Nairo en el tour de Francia terminó el anhelado sueño amarillo, no como algunos quisiéramos: viéndolo coronarse campeón, pero sí con un logro importante entre las manos, porque obtener un tercer puesto en una competencia de alto nivel no es cualquier cosa.

Muchos queríamos ver a Nairo con la camiseta de líder al final de la competencia, no porque le exigiéramos ser el ganador sino porque consideramos que ha hecho méritos para ganárselo, de alguna manera deseamos que un compatriota demuestre que los colombianos conseguimos lo que nos proponemos.

Pero hubo algo que me hizo reflexionar y fue la forma en que algunas personas tomaron el supuesto fracaso de Nairo; pude escuchar que algunos se sentían decepcionados porque Nairo no atacaba o porque no se esforzaba para ganar, en fin me resisto a creer que Nairo no diera lo mejor de sí en esa prueba.

Confío en que Nairo es un profesional en todo el sentido de la palabra y que lo dejó todo en la competencia, no sé qué hizo falta para que se llevara la camiseta de líder, pero de lo que sí estoy seguro es que él volverá a intentarlo, porque confía en sus capacidades y porque se está preparando para ello.

Es comprensible que algunas personas de sientan desilusionadas por el tema, el sueño amarillo les dejó amarillos del sueño, porque es inherente al hombre ver o vivir los triunfos de otros como si fueran suyos, sobre todo si se trata de un compatriota quien es el que está haciendo historia en tierras lejanas.

Pero más allá de lo sucedido en el tour, creo que lo más importante que debemos tener presente es que nuestras esperanzas y nuestra confianza no deben reposar en los hombres, por muy buenos ejemplos de vida que sean.

En nuestros caminos nos hemos encontrado o nos encontraremos con personas que seguramente hemos admirado o tal vez hasta los hemos imitado o queramos hacerlo, y no está mal encontrar inspiración en otros, pero si realmente queremos encontrar el mejor ejemplo debemos buscar a JESÚS.

El mejor maestro dispuso toda la vida para enseñarnos cómo debemos vivir una vida en santidad y de éxito sobre el mal, incluso entregó su vida para que todos pudiéramos entender la fuente de su poder, ÉL debe ser nuestra inspiración y nuestro modelo a seguir.

Todos nuestros anhelos y esperanzas deben reposar sobre el nombre de aquel que jamás nos fallará, de aquel que todo lo puede, de esa persona que nos ama con un amor ilimitado aún a pesar de nosotros mismos, de aquel que siempre es fiel y que jamás te decepcionará.

Aun cuando vivamos circunstancias adversas, pruebas difíciles o desiertos inmensos, ÉL siempre tiene un propósito y una enseñanza, sobre nuestras malas decisiones su poder transformador se manifiesta y aquello que era oscuridad ÉL lo hará luz.

Escrito por Mr Cesos para www.conectadosconcristo.com