Son muchas las personas que condicionan la posibilidad de ofrecer amor al hecho de recibirlo primero. Pero, ¿cómo ofrecer amor a alguien que no me lo ha dado? La vida nos ofrece un sin número de posibilidades de dar con amor, cada paso que damos camino al trabajo o a casa es una oportunidad de ofrecer algo de amor (una sonrisa, un abrazo, ceder el puesto en tu bus, o quizás elevar una oración por un extraño, etc.), y sin duda un ejemplo de ello es Jesús.
Jesús, quién se hizo hombre y caminó en medio de nosotros, aprovecho cada oportunidad para hablar del amor del Padre, además de demostrarlo de múltiples formas. Una de las formas en la cual demostró su amor sin condiciones fue cuando llevaron ante Él a una mujer hallada cometiendo adulterio (leer Juan 8:1-11).
Lo particular de este relato es que aquella mujer debería ser apedreada de acuerdo a lo que establecía la ley, es decir, no merecía lo que Jesús le ofreció, no ser condenada. Pero, ¿cómo podría ser un acto de amor decirle a una mujer que debía ser apedreada “ni yo te condeno”?
La respuesta a esta pregunta atraviesa por la necesidad de considerar la razón por la cual Dios envió a su Hijo:
“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.”
Juan 3:16 – NTV
Aquella mujer conoció, en un acto, el amor incondicional de Dios. Ese amor trajo consigo la reconciliación. El impacto del amor en la vida de las personas es imposible de medir; es así como vemos cientos de vidas transformadas cuando pueden aceptar que el amor de Dios es incondicional.
Muchas personas que desean cambiar el mundo de la mejor forma han incluido al amor en su ecuación, y muchos de ellos han sido movidos por el amor de Dios en sus vidas.
En la actualidad pensar como Dios lo hace, y actuar como Cristo, ampliaría las posibilidades de dar ese amor sin condiciones incluso a personas desconocidas. Una de las formas en las cuales podemos ofrecer de ese amor sin condiciones es llevar el mensaje de salvación a las vidas de otros.
Con solo tres años de ministerio, Jesús fue capaz de transformar la forma en la cual la humanidad se puede relacionar con el Padre. Él, quién anduvo con sus amigos y familiares, pero también entre desconocidos, ladrones, prostitutas, cobradores de impuestos, nos ha permitido conocer de Su amor sin condiciones, con el propósito de que nosotros podamos ser bendecidos y así poder ser bendición en la vida de otros, ofreciendo amor sin condiciones.
Es impactante como un poco de amor, en cualquier momento, puede transformar un entorno ¡inténtalo!
Hoy te bendigo!
Escrito por Jonathan González (@achristian_walk) para www.conectadosconcristo.com