Ataque de ansiedad

A lo mejor en estos momentos te encuentras sin trabajo, con deudas y el riesgo inminente de embargo, porque en nuestra realidad económica los bancos acechan buscando a quien devorar. En consulta médica te informaron que estás enfermo y que debes comenzar un agresivo tratamiento o lo que es peor, derrumbaron tus esperanzas de vida de manera tempestuosa. Perdiste a un familiar o a un amigo muy cercano. Tu matrimonio se quebró y tu esposo(a) te pidió el divorcio. Todas estas son situaciones que definitivamente nos roban la paz y traen angustia, miedo e incertidumbre a nuestra vida y pueden generar ataques de ansiedad difíciles de controlar… ¿Cómo podemos manejar lo que nos inquieta?

Humanamente, no tengo una respuesta posible a esta pregunta. Como ustedes mis emociones me traicionan. Definitivamente se hace inmanejable la zozobra que produce no ver una salida inmediata a lo que nos produce intranquilidad; sin embargo, aferrarnos a un Dios que no miente y nos habla en amor diciéndonos que debemos descansar y confiar en Él, nos reta a hacer todo lo contrario a lo que el mundo nos ha enseñado.

Dios es nuestro proveedor, nos protege, nos sostiene. Su paz es distinta. Aunque nuestro mundo parezca derrumbarse ante nuestros ojos, Él ya está construyendo algo nuevo para sorprendernos. Nos fortalece y nos ayuda. No nos deja solos en el frente de batalla. Sus planes de bienestar para nosotros prevalecen sobre el mal. Si tenemos heridas de guerra, nos restaura y nos hace fuertes, firmes y estables. Lo anterior, no son simples frases de cajón, son verdades que se encuentran escritas en su palabra. Yo hoy decido apropiarme de estas promesas y creer en aquel que no miente, porque no es un débil y simple mortal como yo; sino que hace parte del trono de gloria del TODOPODEROSO, Dios de los imposibles y dueño de TODO lo que existe.

 Alabanza sugerida:

Canción: Lo harás otra vez – Elevation Worship

Ver video aquí: https://acortar.link/naAPvz

Señor, me siento angustiado(a) por (habla con él y cuéntale sobre aquello que hoy te roba la paz). Siempre has sido fiel, sé que me amas y que en ese amor tu promesa de cuidado y protección prevalece sobre cualquier intención del enemigo de verme derrotado(a). Hoy te alabo y confío en tu palabra. Me aferro a ti como el mejor salvavidas que puedo tener en este momento en el que mis preocupaciones me ahogan y amenazan con apagar mi voz. Señor cambia mi lamento en danza, transforma lo que hoy vivo en esperanza. Yo creo en ti. En el nombre de Jesús, amén.