Texto Bíblico

Éxodo 13: 17 – 22 NVI

El paso del Mar Rojo

«17 Cuando el faraón dejó salir a los israelitas, Dios no los llevó por el camino que atraviesa la tierra de los filisteos, que era el más corto, pues pensó: «Si se les presentara batalla, podrían cambiar de idea y regresar a Egipto.» 18 Por eso les hizo dar un rodeo por el camino del desierto, en dirección al Mar Rojo. Los israelitas salieron de Egipto en formación de combate. 19 Moisés se llevó consigo los restos de José, según éste se lo había pedido a los israelitas bajo juramento. Éstas habían sido las palabras de José: «Pueden contar ustedes con que Dios vendrá en su ayuda. Cuando eso suceda, llévense de aquí mis restos.» 20 Los israelitas partieron de Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto. 21 De día, el SEÑOR iba al frente de ellos en una columna de nube para indicarles el camino; de noche, los alumbraba con una columna de fuego. De ese modo podían viajar de día y de noche. 22 Jamás la columna de nube dejaba de guiar al pueblo durante el día, ni la columna de fuego durante la noche.»

Reflexión

Bajo el sol del más caluroso desierto

No siempre el camino más corto es el camino que más nos conviene. No se trata de hacer lo más fácil, sino de hacer lo correcto delante de Dios.

A toda consta, quieres evitar tu paso por el desierto, salir de una forma rápida de tus problemas, es así que tomas decisiones tan importantes como divorciarte en vez de luchar por tu matrimonio y mantener la unidad familiar, renunciar a un trabajo porque tu jefe te exige sin esforzarte por sobresalir realizando lo que te demanda sin quejarte teniendo en cuenta que tu verdadero jefe es Dios, abortar para evitar las responsabilidades que un hijo trae a tu vida y dizque para no perder la libertad que tienes, olvidando que es un ser humano que hace parte de ti y aunque llega en un momento inesperado, es una bendición y regalo del cielo, entre otras tantas decisiones que debes tomar a diario y son de gran relevancia en tu futuro.

El desierto, es un tiempo de aprendizaje, de dependencia total del Señor. Tu actitud debe ser la de los Israelitas cuando salieron de Egipto, enfrentarlo como un valiente combatiente del ejército de Dios, sabiendo que Él vendrá ayudarte en los momentos más difíciles y que marchará a tu lado mostrándote el camino, velando día y noche por tu seguridad. No tengas miedo a enfrentarlo, no dejes que te apabulle y paralice. Como guerrero lucha por tus sueños, al final saldrás victorioso y recibirás tu recompensa.

 

Oremos

Dios, no quiero tomar nunca más decisiones importantes sin presentártelas antes. Dame sabiduría y hazme sensible a tu voz, para que escuchando tu consejo, pueda acertar y salir victorioso(a) de mis desiertos más calurosos. Gracias Padre por tu infinito amor, por caminar a mi lado, por sostenerme en medio de mis dificultades. Te entrego mis cargas, para que seas tu tomando decisiones por mí. En el nombre de Jesús, amén.

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