TEXTO BÍBLICO
Salmos 142 (NVI)
Masquilde David. Cuando estaba en la cueva. Oración.
“142 A voz en cuello, al Señor le pido ayuda;
a voz en cuello, al Señor le pido compasión.
2 Ante él expongo mis quejas;
ante él expreso mis angustias.
3 Cuando ya no me queda aliento,
tú me muestras el camino.[a]
Por la senda que transito
algunos me han tendido una trampa.
4 Mira a mi derecha, y ve:
nadie me tiende la mano.
No tengo dónde refugiarme;
por mí nadie se preocupa.
5 A ti, Señor, te pido ayuda;
a ti te digo: «Tú eres mi refugio,
mi porción en la tierra de los vivientes».
6 Atiende a mi clamor,
porque me siento muy débil;
líbrame de mis perseguidores,
porque son más fuertes que yo.
7 Sácame de la prisión,
para que alabe yo tu nombre.
Los justos se reunirán en torno mío
por la bondad que me has mostrado.”
REFLEXIÓN
Callar antes que hablar
Cuando nos entregamos a la aflicción y nos dejamos llevar por la tristeza, inevitablemente nuestro rostro refleja sus estragos y no sólo nos hacemos daño a nosotros mismos, sino que quienes nos rodean son alcanzados por la actitud con la que asumimos el decaimiento y la angustia que invade nuestra alma.
Nuestra reacción depende de nuestro temperamento. Si somos melancólicos nos aislamos y si vamos al otro extremo colérico sanguíneo, expresamos abiertamente lo que nos sucede sin analizar a quién le contamos las cosas. La prudencia es de sabios y no a todo el mundo le interesa nuestro bienestar y por esta razón, debemos llevar nuestros problemas a la presencia de Dios, para que sea Él quien nos dé su mejor consejo.
Me pasa que aveces digo cosas que no debía e inmediatamente después, me preocupo por la manera como la persona que me escuchó manejará la situación. Cualquier cosa que salga por nuestra boca sea buena o mala, puede ser usada en nuestra contra o a nuestro favor, dependiendo de las inclinaciones que tenga el receptor del mensaje frente a la murmuración o el chisme; nos ponemos la soga al cuello, cuando somos ligeros de labios, razón por la cuál, el Señor nos anima a callar y pensar antes que a hablar.
Este tipo de comportamientos, nos ata a la aflicción y a la angustia. Dios nos ha hecho libres y debemos cuidar tan valioso regalo. Manifestar nuestra queja o disgusto contra alguien sin que ésta persona se encuentre presente, no es correcto. Fomentar discordia, disensiones, pleitos o rencillas son demostraciones de alguien cuya relación con Dios está demasiado débil; es hora de pedir perdón y tomar la decisión de sellar nuestros labios y permitir que de ellos salgan palabras de edificación y de verdad, para honrar al Señor y darle el honor como merece a través de nuestra obediencia.
Alabanza sugerida
Canción: Silencio interno – Jesús Adrián Romero
Ver video aquí: http://bit.ly/2jbdurR
OREMOS
Amado Padre Celestial, perdóname por hablar mal de otros. Por juzgar deliberadamente a mis semejantes y aveces actuar como si tuviera el derecho de condenarlos por sus actuaciones. Limpia mi alma y mi corazón de cualquier sentimiento que no venga de ti. Te pido Señor, que filtres mis palabras y que me enseñes a expresarme en el amor y bondad que tú me has mostrado a mí. Protégeme de mis acciones, bendice a quienes me rodean, guíame en tu justicia. En el nombre de jesús, amén.