El creyente debe reconocer que estamos en una constante transformación, pero esto no es fácil, ya que requiere de cambios y la mayoría son dolorosos, pero también muy gratificantes, por lo cual es necesario reconocer que necesitamos de una renovación.

Esto me recuerda mucho a mi hijo, él tiene 6 años y me sorprende como admira a su papá, cada detalle lo examina, le encanta hablar con él y le duele cuando no puede hacerlo, para él su papá es un héroe y así mismo lo dibuja. Cada vez se parece  más a su papá. Esto me impresiona porque solo puedo verme como mi hijo, no puedo dejar de imaginarme en la misma posición de él con mi Padre celestial. Entonces es donde veo la respuesta a la pregunta ¿cómo lograr esa transformación?

«Con la cara descubierta, todos nos quedamos mirando fijamente la gloria del Señor, y así somos transformados en su imagen cada vez con más gloria. Este cambio viene del Señor, es decir, del Espíritu.»

(2 Corintios 3:18 PDT)

 

Por medio de la Palabra y de la oración, son disciplinas de todo creyente que lo lleva a estar cerca de Dios, así como mi hijo admira a su papá y solo desea pasar tiempo con él y hablar con él, así debemos ser nosotros, mirar cara a cara, fijamente la gloria de Cristo, esa gloria que nos trajo este evangelio de gracia, es Él el único que nos permite entrar confiadamente si merecerlo.

Nos ha dado su imagen, una identidad que cada vez se refleja con mayor gloria, Cristo es una necesidad viviente para nuestra vida, vivir en la gloria pasada, en la ley no nos da la libertad que solo Él nos puede dar. El Espíritu Santo es quien nos transforma cada vez a su imagen.

Si pasas mucho tiempo con una persona, convives con ella, hablas con ella, empiezas a parecerte a ella, adquieres parte de esa persona. Dios nos ha hecho sus hijos, eso ha hecho que tengamos su ADN, razón por la que nos cuida y protege por consiguiente debemos ser como niños y admirar el único, verdadero y gran héroe que tenemos en nuestra vida quién es CRISTO la esperanza de gloria.

 Escrito por Nina Gutiérrez para conectadosconcristo.com