Texto Bíblico

Éxodo 20: 1- 3 (NVI)

Los Diez Mandamientos

“Dios habló, y dio a conocer todos estos mandamientos: 2 «Yo soy el SEÑOR tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo. 3 »No tengas otros dioses además de mí.”

Reflexión

Celos celestiales: Primer mandamiento

Cuando Dios habla, nosotros debemos estar dispuestos a escuchar y obedecer. Él nos ha apartado del pecado, somos su pueblo, sus hijos, quiere lo mejor para nosotros, nos indica el camino y con su palabra y sus mandamientos lejos de amargarnos la existencia, nos dice lo que tenemos que hacer para recibir bendiciones a granel y obtener directamente de su mano poder, autoridad y libertad que desemboquen en nuestro bienestar.

Nuestro Padre es omnisciente, omnipresente y omnipotente, está en todo tiempo, lugar, todo lo sabe y todo lo puede. Es posible engañarte a ti mismo, a tu prójimo, pero no hay nada que esté oculto ante sus ojos. Recuerda, que no hay términos medios, obedeces o no, la premisa es simple.

Éste capítulo es uno de los más importantes para todos los cristianos, porque solo si cumplimos el decálogo que el Señor nos indica, podremos agradarle y demostrarle fielmente nuestro amor, es por esto que me detendré a ahondar en cada uno de ellos:

1. No tengas otros dioses además de mí: Éste mandamiento tiene una connotación especial, no es solo tener dioses en lugar del nuestro, sino también delante de Él. Algunas personas saben que Dios existe, que los acompaña siempre, dicen creer en Él pero no están dispuestos a obedecer sus preceptos, les parecen obsoletos o una muestra de total santurronería. Nuestro Dios, debe ocupar el primer lugar dentro de nuestras prioridades, cualquier cosa que le reste importancia a su presencia en nuestra vida, lo coloca de lado como un simple espectador. Si desde que te levantas hasta que te acuestas, tu mente es ocupada por tu trabajo, tu equipo de futbol favorito, en cómo acumular cosas materiales, una persona, tus cargas y preocupaciones, tu apariencia física con una motivación diferente a tu salud, los vicios que el mundo te ofrece (alcohol, drogas, inmoralidad sexual), entre otras cosas, dejando al Señor en el último punto de la lista como plan B, el jugador de la banca que espera ansioso ser tenido en cuenta o el bombero que está atento a apagar los incendios que amenazan con destruirte como consecuencia de tus malas decisiones, no pretendas recibir lo bueno del cielo a tu vida, con sólo desearlo para que Él actué cuando tu finalmente consideras que lo necesitas.

Dios es celoso, anhela TODA nuestra atención, si te dominan las cosas que te mencioné anteriormente, si piensas que tu vida depende de ellas, has erigido un ídolo en tu corazón en su lugar, que no lo honra ni lo enaltece en lo más mínimo. En tu corazón debe habitar Él para que seas verdaderamente feliz, porque solo en Él podrás encontrar completa paz y felicidad.

 

Oremos

Amado Padre celestial, mi corazón late por ti y para ti. Solo tu amor me sostiene, me hace sentir completo(a), valorado(a), no me siento vacío(a), le das sentido a mi existencia. Por esto me propondré darte el lugar que te corresponde en mi vida. Te amo y te amaré por siempre. En el nombre de Jesús, amén.