Por mucho tiempo tenía la loca idea que el cielo, el Reino de los cielos, lo viviría en otra vida, para ser más específica después de la muerte.
Hace un tiempo para acá eso cambió. Comprender que el Reino esta aquí y es ahora me ha mostrado que hay una gran diferencia de cómo vives tu vida en este mundo. Puedes pensar que aquí vivirás en medio del cielo y el infierno o vivir el cielo o el infierno en este mismo instante, sin necesidad de morir físicamente.
Desde que he empezado a conocer a Cristo en mi vida, he visto una gran diferencia de cómo vivir el cielo aquí, es un Reino tal como lo habla la Biblia. Sin profundizar e ignorar que Cristo moraba en mí, era como si pudiera ver desde lejos el cielo pero no entrar, no porque no me lo permitieran, sencillamente porque no quería y estaba ciega a la verdad sobre Cristo en mi. Hasta que comprendí que el Reino de los cielos se había acercado desde que Él murió en esa cruz de esa manera tan cruel y dura, solo y exclusivamente para darme la libertad y la gracia necesaria para poder vivir el aquí y el ahora en el Reino.
Tan ocupada de cosas que son de este mundo y leyes que no me daban sino culpabilidad y ceguera, no me permitían entrar y gozar lo que Cristo había hecho para mi.
Al entrar a este Reino pude comprender que estoy en este mundo pecador, más no soy de aquí, que puedo tener acceso a ese trono de gracia celestial que sólo me da vida, paz y agua para refrescar mi garganta y saciar mi sed.
Ahora no tengo otra cosa en mi corazón más que agradecimiento por lo que ha hecho en mi, no más frustración y no más culpabilidad por no cumplir todas las leyes, tengo a Cristo que me ayuda a cumplir todos esos estándares ante el Padre, solo puedo tener sumo gozo en mi corazón y eterno agradecimiento con quien me salvó.
Escrito por Nina Gutiérrez para conectadosconcristo.com