TEXTO BÍBLICO

Job 7 (NVI)

»¿No tenemos todos una obligación en este mundo?
¿No son nuestros días como los de un asalariado?
2 Como el esclavo que espera con ansias la noche,
como el asalariado que ansioso espera su paga,
3 meses enteros he vivido en vano;
¡me han tocado noches de miseria!
4 Me acuesto y pienso:
“¿Cuánto falta para que amanezca?”
La noche se me hace interminable;
me doy vueltas en la cama hasta el amanecer.
5 Tengo el cuerpo cubierto de gusanos y de costras;
¡la piel se me raja y me supura!

6 »Mis días se van más veloces que una lanzadera,
y sin esperanza alguna llegan a su fin.
7 Recuerda, oh Dios, que mi vida es un suspiro;
que ya no verán mis ojos la felicidad.
8 Los ojos que hoy me ven, no me verán mañana;
pondrás en mí tus ojos, pero ya no existiré.
9 Como nubes que se diluyen y se pierden,
los que bajan al sepulcro ya no vuelven a subir.
10 Nunca más regresan a su casa;
desaparecen de su lugar.

11 »Por lo que a mí toca, no guardaré silencio;
la angustia de mi alma me lleva a hablar,
la amargura en que vivo me obliga a protestar.
12 ¿Soy acaso el mar, el monstruo del abismo,
para que me pongas bajo vigilancia?
13 Cuando pienso que en mi lecho hallaré consuelo
o encontraré alivio a mi queja,
14 aun allí me infundes miedo en mis sueños;
¡me aterras con visiones!
15 ¡Preferiría que me estrangularan
a seguir viviendo en este cuerpo!
16 Tengo en poco mi vida; no quiero vivir para siempre.
¡Déjame en paz, que mi vida no tiene sentido!

17 »¿Qué es el hombre, que le das tanta importancia,
que tanta atención le concedes,
18 que cada mañana lo examinas
y a toda hora lo pones a prueba?
19 Aparta de mí la mirada;
¡déjame al menos tragar saliva!
20 Si he pecado, ¿en qué te afecta,
vigilante de los mortales?
¿Por qué te ensañas conmigo?
¿Acaso te soy una carga?[a]
21 ¿Por qué no me perdonas mis pecados?
¿Por qué no pasas por alto mi maldad?
Un poco más, y yaceré en el polvo;
me buscarás, pero habré dejado de existir».

REFLEXIÓN

Como ser un triunfador

Satanás actúa en nuestras vidas para destruirnos y constantemente nos aflige con sus acusaciones, haciéndonos sentir culpables, desgraciados y solos en medio de nuestra ruina. ¿Por qué le permites que se salga con la suya?

La ansiedad te embarga cuando llevas mucho tiempo en el desierto, si bien es cierto, no es fácil enfrentar situaciones en donde no hallamos la salida; nuestra relación con Dios es fundamental para fortalecer nuestro espíritu y no dejarnos llevar por la corriente negativa de emociones que suelen invadir nuestra mente debilitando nuestro cuerpo.

Lo que hoy enfrentas es temporal y pasará cuando decidas que eso pase. Dejar atrás el pasado que te agobia y te llena de amargura, anular los pensamientos de derrota y valorar tu existencia antes que seguir deseando dejar éste mundo sin dejar una huella positiva, es la mejor manera de pasar a un nivel superior de madurez y de honrar a Dios con tu actitud. Te conviertes es un  perdedor sin remedio, cuando decides no luchar más; levántate, avanza y guerrea tus bendiciones, sin desanimarte entregándole al Señor el control de lo que en tus fuerzas ya no puedes manejar, solo así, serás llamado triunfador y ganador.

Ninguna situación complicada es en vano o para siempre, descubres el punto de quiebre, cuando comienzas a ver tu situación desde una perspectiva distinta. El Señor anhela que aprendas en el camino, que sin Él nada eres y poco puedes lograr. Buscarlo y acercarte a Él, es el fin de todo eso que hoy vives, para que a través de su amor, puedas en algún momento consolar y animar a otros a sobrellevar las cargas y a superar sus pruebas como tú lo hiciste.

Alabanza sugerida

Canción: Tienes el control – Hillsong Worship

Ver video aquí: http://bit.ly/2oWQmD0

OREMOS

¿Quién soy yo, para que en mí pienses Señor? Te fallo cada día, peco todo el tiempo, en vez de buscarte y me alejo con mi queja constante. Quisiera darte honra con mis decisiones, pero estas son equivocadas la mayor parte del tiempo. No puedo más, siento desfallecer, rescátame de la oscuridad Dios mío, has de mí una persona victoriosa y no permitas que Satanás se salga con la suya, has que tus planes prevalezcan sobre los de él. Te entrego el control de mi vida, confiado en que sabes lo que anhelo y lo que necesito. Te amo mi Señor. En el nombre de Jesús, amén y amén.