Hay estudios que han demostrado que eres el promedio de las 5 personas más cercanas a tu vida. Esto quiere decir que lo que hoy ves al espejo, no solo desde el punto de vista físico, es el resultado también de las personas con quien más te relacionas. Y si esto es cierto, debemos tener muy presente que rodearnos con gente que admiremos y nos parezca un digno ejemplo es lo que debemos hacer. Ya lo dice el conocido adagio: Dime con quien andas y te diré quién eres.
El estudio reveló que no solo nos parecemos en ideas a estas 5 personas más cercanas, sino que también tenemos resultados similares en todas las áreas. Incluso compartimos muchos problemas. Más aterrizado sería que tu sueldo es el promedio de las 5 personas con las que más te relacionas. Tu relación con tus papás se parecerá mucho al de estas personas. Tus ideas de la vida, de Dios, del amor, del odio se basarán en gran parte por lo que piensen estas personas. Si a la mayoría de ellos les va mal en el amor, por lo general eso influenciará tus resultados en el área emocional. Si hay mentalidad de pobreza eso se transferirá involuntariamente a ti. ¿Te das cuenta lo delicado que es este tema? ¿Con quién estás pasando más tiempo? ¿Con un compañero criticón de la oficina? ¿Con una niña que seduce a sus compañeros y no tiene seriedad en las relaciones afectuosas? ¿Con un loquito que ha probado alguna droga y te habla de eso? ¿Con alguien morboso tal vez? ¿Con alguien sin propósito? Con el paso del tiempo terminarás como ellos.
Cuando fui consciente de esta realidad me costó bastante deshacerme de personas que no aportaban nada bueno a mi vida. A pesar de que me considero radical en muchas cosas, con las relaciones me costó bastante. Tengo en especial un amigo que considero casi un hermano que cuando hablábamos sembraba en mí semillas de lujuria, rebeldía, inmoralidad y otras cosas. A pesar de que nos entendíamos tan bien y realmente lo quiero mucho, debí dejarlo. Pasaba mucho tiempo con él y cada vez me estaba pareciendo más a él, lo cual no era algo que me edificara. Sin embargo, quiero aclarar que lo sigo viendo de vez en cuando. A veces hablamos y realmente lo aprecio mucho. La diferencia es que ya no hace parte de las personas más cercanas a mi vida. Por esto, quiero advertirte que no se trata de rechazar a las personas ¡no! Ese no es el corazón de Dios. Significa que, si pasabas 5 de los 7 días de la semana en contacto con esa persona, ahora pasarás una al mes o tal vez 1 cada 6 meses. La idea no es juzgarlos tampoco, ni dejar de tenderles la mano cuando la necesiten. Se trata de que en tu promedio de vida su influencia no te dañe.
¿Ahora te das cuenta por qué Dios es tan necesario en tu vida? La razón por la cual necesitamos relacionarnos íntimamente con Él es porque necesitamos parecernos más a Él, necesitamos que nos influencie con sus ideas locas, con su manera de reír, con su prosperidad. Necesitamos que nuestro promedio de vida sea resultado de su sabiduría.
¿Y las personas? Acércate a personas que te reten a vivir una vida mejor. Amigo no es el que te consciente los errores, es el que te sacude y te hace caer en cuenta que te equivocaste, para que mejores. Personas que te reten a ofrecerle al mundo una mejor versión de ti mismo es lo que necesitas a tu lado. Personas con valores, con principios. Gente intachable, con una palabra cuando caigas, con un golpe cuando te subas. Necesitas gente imperfecta que ha aprendido de sus errores y te comparta cómo los superó, no gente que sigue revolcándose en su pecado, en su distracción y se cree perfecta. Así mismo, ofrécele a los que te rodean algo para que te vean como la persona con quien tienen que relacionarse. Quieres más pasión por Dios, rodéate de gente apasionada por Dios. Quieres un mejor sueldo, acércate a personas que ganen más que tú. Quieres servirles a otros, rodéate de servidores. Quieres ser mejor músico, hazte amigo de músicos con más experiencia que tú.
Te reto a probar lo que te estoy contando. Verás resultados increíbles. Yo mismo los he visto en mi vida y quiero que tú también seas bendecido por tú relación cercana con Dios y rodeándote de personas que realmente pongan y no te quiten, que sumen y no que resten, que multipliquen y que no dividan. Dios quiere que eso no sea más un obstáculo para que su bendición te atropelle y no haya más remedio que te abrace lo mejor de la vida.
¡Bendiciones emprendedor!
Escrito por David Andrés Rincón para www.conectadosconcristo.com