Ciertamente les aseguro que el que cree en Mí las obras que Yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque Yo vuelvo al Padre” Juan 14:12

Siempre me he preguntado ¿cómo puedo hacer vida este versículo en mí? y pensé antes que nada necesito aprender y entender qué es lo que hace referencia. Me puse a mirar las cosas que Jesús hizo, debo admitirlo, fueron para quedarse con la boca abierta, sanó enfermos, liberó endemoniados, implantó palabra y muchas cosas que su totalidad no fueron registradas en la palabra. Creería que sería un libro demasiado grande si se tomara todo el registro de lo que hizo.

También pude notar que Jesús antes de obrar y hacer lo que el Padre le envió hacer, Jesús se acercó al río en donde se encontraba Juan el bautista y fue bautizado, entonces desde el cielo se escuchó una voz que decía:

“...Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” Mateo 3:17

Esto fue antes de que Jesús iniciara su ministerio en este mundo, lo cual me lleva que para complacer a Dios no es necesario matarnos haciendo obras, “no se trata de obras, para que nadie se gloríe,” simplemente conocerle como nuestro Padre, así sabremos quiénes somos y confiaremos en lo que ha dicho de nosotros, que somos sus hijos, nación santa y escogidos por Él antes de la fundación del mundo entonces, solo entonces, haremos cosas mayores que las que Jesús hizo.

Uno de mis teólogos favoritos R.C. Sproul contestó mi pregunta, ¿Cómo podemos hacer cosas mayores que las que hizo Jesús? Bueno número uno: Somos el cuerpo de Cristo y estamos compuestos por muchas partes que se encuentran en diferentes lugares del mundo y cada uno hace su función permitiendo que podamos avanzar  hacia lo prometido, la suma de todas las cosas que realizamos como cuerpo muestra que cosas mayores hacemos, para ello es necesario conocer a nuestro Dios en espíritu y en verdad.

Cuando conocemos a Dios cada día más nos acercamos a hacer cosas mayores, no se trata de cuán grande sea tu fe, se trata de cuánto conoces en intimidad a tu Padre, esto te llevará a ser igual a Él. Yo tengo una hermosa hija de 8 años y cada vez que le preguntan ¿Por qué eres tan hermosa? Ella orgullosamente dice porque me parezco a mi mamá. Ella se siente tan orgullosa de tenerme como madre y que se parezca a mí. Siempre está mirando mi forma de vestir y observa todo lo que yo hago, para ella tener y hacer lo mismo es lo máximo (cosa que me hace temblar porque no soy perfecta y no deseo que copie mis defectos) pero, mi Padre que está en los cielos sí lo es!

A Él quiero conocer, deleitarme en Él y hacer cosas mayoras que las que Él hizo.

Escrito por Nina Gutiérrez para www.conectadosconcristo.com