Texto Bíblico

Levítico 25: 23 – 55 NVI

Leyes sobre el rescate de propiedades

“23 »La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra es mía y ustedes no son aquí más que forasteros y huéspedes. 24 Por tanto, en el país habrá la posibilidad de recobrar todo terreno que haya sido heredad familiar. 25 »En el caso de que uno de tus compatriotas se empobrezca y tenga que vender parte de su heredad familiar, su pariente más cercano rescatará lo que su hermano haya vendido. 26 Si el hombre no tiene a nadie que pague el rescate a su favor, pero él mismo llega a prosperar y consigue lo suficiente para rescatar su propiedad, 27 deberá calcular el número de años transcurridos desde la venta y reembolsar el saldo a quien se la haya comprado. Así podrá volver a su propiedad. 28 Pero si no consigue lo suficiente para rescatarla, la tierra quedará en posesión del comprador hasta el año del jubileo, cuando el que la vendió la recobrará, y ésta volverá a su heredad familiar. 29 »Si alguno vende una casa en una ciudad amurallada, tendrá derecho a rescatarla durante un año completo a partir de la fecha de venta. Ése es el tiempo que dura su derecho a rescatarla. 30 Si no rescata la casa antes de cumplirse el año, no se le devolverá en el jubileo sino que pasará a ser propiedad perpetua del comprador y de sus descendientes. 31 »Las casas que estén en aldeas sin murallas se considerarán campo abierto, pero podrán rescatarse y se devolverán en el jubileo. 32 »Los levitas tendrán siempre el derecho de rescatar sus casas en las ciudades de su propiedad. 33 Si alguno de los levitas hace valer su derecho, la casa que vendió en una de sus ciudades se le devolverá en el jubileo, porque las casas en las ciudades de los levitas son su heredad familiar entre los israelitas. 34 Pero los campos alrededor de sus ciudades no se venderán, pues son su propiedad inalienable. 35 »Si alguno de tus compatriotas se empobrece y no tiene cómo sostenerse, ayúdale como lo harías con el extranjero o con el residente transitorio; así podrá seguir viviendo entre ustedes. 36 No le exigirás interés cuando le prestes dinero o víveres, sino que temerás a tu Dios; así tu compatriota podrá seguir viviendo entre ustedes. 37 Tampoco le prestarás dinero con intereses ni le impondrás recargo a los víveres que le fíes. 38 Yo soy el SEÑOR su Dios, que los saqué de Egipto para darles la tierra de Canaán y para ser su Dios. 39 »Si alguno de tus compatriotas se empobrece y se ve obligado a venderse a ti, no lo hagas trabajar como esclavo. 40 Trátalo como al jornalero o como al residente transitorio que vive entre ustedes. Trabajará para ti, sólo hasta el año del jubileo. 41 Entonces lo pondrás en libertad junto con sus hijos, y podrán volver a su propia familia y a la heredad de sus antepasados. 42 Todos los israelitas son mis siervos. Yo los saqué de Egipto, así que no serán vendidos como esclavos. 43 No serás un amo cruel, sino que temerás a tu Dios. 44 »Asegúrate de que tus esclavos y esclavas provengan de las naciones vecinas; allí podrás comprarlos. 45 También podrás comprar esclavos nacidos en tu país, siempre y cuando sean de las familias extranjeras que vivan en medio de ustedes. Ellos serán propiedad de ustedes, 46 y podrán dejárselos a sus hijos como herencia para que les sirvan de por vida. En lo que respecta a tus compatriotas, no serás un amo cruel. 47 »Si un extranjero o un residente transitorio entre ustedes se enriquece, y uno de tus compatriotas se empobrece y tiene que venderse a un extranjero o a un familiar de ese extranjero, 48 no perderá su derecho a ser rescatado después de haberse vendido. Podrá rescatarlo cualquiera de sus parientes: 49 un tío, un primo o cualquier otro de sus parientes. Y si llegara a prosperar, él mismo podrá pagar su rescate. 50 Él y su dueño calcularán el tiempo transcurrido, desde el año en que se vendió hasta el año del jubileo. El precio de su liberación se determinará en proporción al sueldo de un jornalero por ese número de años. 51 Si aún faltan muchos años, pagará por su rescate una suma proporcional a la que se pagó por él. 52 Si sólo faltan pocos años para el jubileo, calculará y pagará por su rescate en proporción a esos años. 53 Ustedes vigilarán que su dueño lo trate como a los que trabajan por contrato anual, y que no lo trate con crueldad. 54 »Si tu compatriota no es rescatado por ninguno de esos medios, tanto él como sus hijos quedarán en libertad en el año del jubileo. 55 »Los israelitas son mis siervos. Yo los saqué de Egipto. Yo soy el SEÑOR su Dios.”

Reflexión

Cuando la vida te sonríe

Todo lo que existe en ésta tierra, le pertenece a Dios, pero vivimos tan preocupados por acumular riquezas, que olvidamos lo verdaderamente importante que es agradar al Señor, siendo entre otras cosas, solidarios con nuestro hermano, de manera incondicional, cuando éste se encuentre atravesando situaciones comprometidas o difíciles.

Tenemos la capacidad de ser espectadores indiferentes ante los problemas de los demás, aun sabiendo que podemos intervenir para aliviar la carga de quien necesita de nosotros, actuando egoístamente, apartamos la mirada y no hacemos nada. Podemos tener familiares cercanos que pasan necesidades, que pierden sus posesiones, ya sea por deudas u otros impases en su vida, que no pueden llevar alimento a su casa porque se han quedado sin trabajo y pensamos que es una circunstancia en la que no tenemos nada que hacer.

Lo que poseemos, Dios nos lo ha dado para que con alegría en el corazón ayudemos a nuestro hermano en dificultades a superar sus pruebas. Ese es el factor multiplicador de los tesoros que debemos acumular para la vida eterna.

Algunos de nosotros, hemos sido bendecidos con la oportunidad de ser jefes y tener bajo nuestro “mando” por decirlo así, a un grupo de personas que debemos liderar, guiar, orientar y apoyar. Coaccionar a nuestro equipo de trabajo, presionándolo de una manera cruel e inhumana, haciéndolo trabajar más de lo necesario, menoscabando sus esfuerzos, profiriendo contra ellos insultos, humillaciones, gritos, faltas de respeto privadas o públicas, olvidando que como nosotros tienen una vida familiar y social que deben atender, menospreciando sus talentos y capacidades pagando salarios injustos, evitando el reconocimiento aun cuando sabemos que ha hecho muy bien su trabajo, no son acciones que exalten a Dios. Él nos dice “No serás un amo cruel” y nos exhorta a temerle siendo ésta una advertencia que no debemos pasar por alto, no en vano nos observa y conoce lo que guardamos en el corazón y así mismo, habrá de juzgar nuestras acciones.

No sabemos que vueltas da la vida, hoy eres jefe, disfrutas de una excelente posición económica, pero el mañana es incierto, ¿qué tal si por esas casualidades de la vida, vuelves a estar en posición de subordinado o tus finanzas se vienen a pique por un mal negocio?, Todo lo que hagas hoy por tu colaborador, tu familiar o tu prójimo, es lo que habrás de recibir mañana en reciprocidad y justicia divina por tus acciones del pasado, teniendo en cuenta que con la vara que midas, con esa misma será medido.

 

Oremos

Padre amado, eres mi jefe. Trabajo para ti, júzgame y de acuerdo a mis esfuerzos por actuar coherentemente en lo que creo y profeso, concédeme tus bendiciones y tu protección. Prospera mis finanzas, mantén mi alacena llena, ayúdame a ser un buen proveedor de mi familia, no me desampares jamás y sin importar si soy jefe o colaborador, recuérdame que mi deber cristiano es actuar conforme a tu voluntad. Si mi hermano tropieza, has de mi generosidad una fuente de paz, toma mi ofrenda diaria de solidaridad como una muestra de mi compromiso y amor sincero hacia ti. Te amo y te bendigo, en el nombre de Jesús, amén.