Texto Bíblico

Éxodo 20: 22 – 26 NVI

El altar de piedra

«El Señor le ordenó a Moisés: «Diles lo siguiente a los israelitas: “Ustedes mismos han oído que les he hablado desde el cielo. 23 No me ofendan; no se hagan dioses de plata o de oro, ni los adoren. 24 Háganme un altar de tierra, y ofrézcanme sobre él sus holocaustos y sacrificios de comunión, sus ovejas y sus toros. Yo vendré al lugar donde les pida invocar mi nombre, y los bendeciré. 25 Si me hacen un altar de piedra, no lo construyan con piedras labradas, pues las herramientas profanan la piedra. 26 Y no le pongan escalones a mi altar, no sea que al subir se les vean los genitales.”

Reflexión

Cuando siento que no puedo más…

Dios demanda de nosotros exclusividad. Lo ofendemos cuando ponemos nuestra confianza en imágenes de oro, plata y otros materiales, cuando mostramos reverencia y adoración a cualquier tipo de cosa o persona que nos haga desviar la mirada y robe nuestra atención.

Nuestra adoración sincera, sin adornos, en donde desnudemos nuestra conciencia delante de Él, le agrada, porque puede hacer más en nosotros, cuando de una manera honesta, nos acercamos a Él, buscando conocerlo y dejando que sea parte de lo más íntimo de nuestro ser.

Él nos bendice con su amor, cuando le entregamos lo que somos, cuando cedemos a nuestros deseos humanos, para darle paso a su grandeza, a todo lo que puede hacer, cuando permitimos que nos transforme al reconocer que en nuestras fuerzas nada podemos lograr.

 

Oremos

Dios Lindo, aquí estoy, me presento ante ti e invoco tu nombre desde lo más profundo de mi corazón, en donde no hay máscaras, sino solo soy tu hijo amado, quien te necesita, quien sabe que nada puede ser o hacer sin tu ayuda. Te entrego mi alabanza hoy, para que tu grandeza brille en mí. Quiero alabarte, adorarte, entregarme completamente a ti con mis esperanzas, mi fe, mi mente y mi corazón postrados ante tus pies, esperando que por tu piedad y misericordia sea rescatado del lugar oscuro en el que me encuentro, cuando mis circunstancias parecen ser más fuertes que yo. Te amo, te necesito, abrázame fuerte y no me sueltes, en el nombre de Jesús, amén.

Devocional diario www.conectadosconcristo.com