Texto Bíblico

Éxodo 17 (NVI)

El agua de la roca

“17 Toda la comunidad israelita partió del desierto de Sin por etapas, según lo había ordenado el SEÑOR. Acamparon en Refidín, pero no había allí agua para que bebieran, 2 así que altercaron con Moisés. —Danos agua para beber —le exigieron. —¿Por qué pelean conmigo? —se defendió Moisés—. ¿Por qué provocan al SEÑOR? 3 Pero los israelitas estaban sedientos, y murmuraron contra Moisés. —¿Para qué nos sacaste de Egipto? —reclamaban—. ¿Sólo para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestro ganado? 4 Clamó entonces Moisés al SEÑOR, y le dijo: —¿Qué voy a hacer con este pueblo? ¡Sólo falta que me maten a pedradas! 5 —Adelántate al pueblo —le aconsejó el SEÑOR — y llévate contigo a algunos ancianos de Israel, pero lleva también la vara con que golpeaste el Nilo. Ponte en marcha, 6 que yo estaré esperándote junto a la roca que está en Horeb. Aséstale un golpe a la roca, y de ella brotará agua para que beba el pueblo. Así lo hizo Moisés, a la vista de los ancianos de Israel. 7 Además, a ese lugar lo llamó Masá, y también Meribá, porque los israelitas habían altercado con él y provocado al SEÑOR al decir: «¿Está o no está el SEÑOR entre nosotros?»”

Reflexión

De las aguas tibias, líbrame señor

Con Dios no existen términos medios, es más, la tibieza de nuestra fe le enfurece y nuestra realidad es simple, está o no está entre nosotros. ¿Pero cómo saberlo?. Es simple poder identificar si Dios se revela en nuestro diario vivir. ¿Cuántas veces al día acudes a Él, para pedir su consejo? ¿lees la Biblia? ¿Cuántas veces al día mencionas su nombre?¿En tu corazón albergas la necesidad de ayudar a otros?¿Eres un cristiano de domingo o Él es el protagonista principal de tu vida?¿Son más las quejas contra tus circunstancias, que las veces que le agradeces no por lo que te falta sino por lo que ya posees o recibes a diario?…

Con tus respuestas a éstas preguntas, puedes plantearte un diagnóstico sobre qué tan importante es Dios para ti. Puedes decirme que crees en Él a tu manera o que sabes que siempre está contigo, pero ponte por un segundo en su lugar, que crees que piensa Él de ti, cuando acudes a Él solo para pedirle cosas sin expresarle tu amor por medio de tu obediencia, ¿Será que se siente usado?, yo realmente me sentiría así.

Todos somos criaturas de Dios, somos sus hijos y fuimos creados a su imagen y semejanza pero ¿realmente lo reflejamos con nuestras acciones?, a veces no se nota, no se ve, ni mucho menos nos distinguimos de aquellos que viven sin la presencia del Señor en su corazón. Una cosa es creer en Dios y otra muy diferente obedecer a Dios. Decimos creer en Él, pero nos negamos a practicar sus enseñanzas, hemos visto los milagros que Él ha hecho y a pesar de eso, caminamos como si Él no existiera. Así es que hoy te invito a reflexionar acerca de esto, ¿eres o no eres, crees o no crees, es el número 1 de tu vida o está en último lugar?.

Toma aire y un nuevo impulso, para vivir a la manera de Dios, acéptalo en tu corazón y vive apasionadamente su palabra, con la seguridad de que Él jamás te fallará.

 

Oremos

Soy tu hijo(a) y creo en ti. Gracias porque mi cristianismo es real, porque no soy nada sin ti, porque lo que tengo y lo que tendré, te lo debo a ti. Eres el rey de mi vida, mi amor por ti es sincero y mi necesidad de ti es verdadera. Perdóname cuando actúo como si no te conociera. Declaro que te pertenezco, en el nombre de Jesús, amén y amén.

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