«17 Al enterarse los filisteos de que David había sido ungido rey de Israel, subieron todos ellos contra él; pero David lo supo de antemano y bajó a la fortaleza. 18 Los filisteos habían avanzado, desplegando sus fuerzas en el valle de Refayin, 19 así que David consultó al SEÑOR: —¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi poder? —Atácalos —respondió el SEÑOR —; te aseguro que te los entregaré. 20 Entonces David fue a Baal Perasín, y allí los derrotó. Por eso aquel lugar se llama Baal Perasín, pues David dijo: «El SEÑOR ha abierto brechas a mi paso entre mis enemigos, así como se abren brechas en el agua.» 21 Allí los filisteos dejaron abandonados sus ídolos, y David y sus soldados se los llevaron. 22 Pero los filisteos volvieron a avanzar contra David, y desplegaron sus fuerzas en el valle de Refayin, 23 así que David volvió a consultar al SEÑOR. —No los ataques todavía —le respondió el SEÑOR —; rodéalos hasta llegar a los árboles de bálsamo, y entonces atácalos por la retaguardia. 24 Tan pronto como oigas un ruido como de pasos sobre las copas de los árboles, lánzate al ataque, pues eso quiere decir que el SEÑOR va al frente de ti para derrotar al ejército filisteo. 25 Así lo hizo David, tal como el SEÑOR se lo había ordenado, y derrotó a los filisteos desde Gabaón hasta Guézer”. Dechado de virtudes y una colección de defectos En nuestra Biblia, David es ejemplo de prudencia. Consultaba al Señor antes de tomar una decisión importante, no bastaba solo con orar, sino que cada petición estaba acompañada de su disposición para escuchar, obedecer la voz de Dios y ser oportuno en actuar. Si fuéramos perfectos seríamos iguales a Dios y no es así. Necesitamos de su presencia, dependemos de su poder, de su consejo, su misericordia y su disciplina; somos seres humanos comunes y corrientes que el Señor usa para que a través de un aprendizaje continuo al enfrentar duras pruebas, logremos cosas extraordinarias, como agachar nuestra cabeza cuando nos hemos equivocado y levantarla al sentir su amor en cada victoria alcanzada para alabarlo, agradecerle y ser felices por el simple de hecho de saber que contamos con Él en los buenos y los malos tiempos. Tranquilo(a), hay esperanza. El marcha frente a nosotros para dispersar nuestros contendores y al acusador que nos recuerda nuestros pecados cada segundo para desanimarnos y para distorsionar la imagen que tenemos de nosotros mismos. Cada amanecer es una oportunidad para entregar todo de sí, para que el Señor se sienta orgulloso de nuestros esfuerzos no para buscar la aprobación del mundo sino para buscar que Él se sienta orgulloso de su hijo(a). Cada vez que abres tus ojos al despertar no es casualidad, puedes empezar de nuevo, intentarlo una y otra vez hasta que logres tú objetivo y tomar mejores decisiones que las que tomaste ayer de la mano del Señor. Padre me equivoqué, tomé malas decisiones, me dejé llevar por las circunstancias difíciles y terminé fallándote. Perdóname por entristecerte con mi falta de prudencia y sabiduría. Gracias porque hoy es un nuevo día para empezar de nuevo, para volverlo a intentar, para ser mejor que ayer y poder demostrarte cuanto te amo al escuchar tu voz , recibir tu disciplina y sentir tu amor. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, te alabo, te bendigo y te busco, en el nombre de tu amado hijo Jesús, amén y amén.Texto Bíblico
2 Samuel 5: 17-25 (NVI)
David derrota a los filisteos
Reflexión
Según el diccionario de la lengua española, La prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con moderación. También se entiende como la capacidad de comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado, así como actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas. Actualmente se ha impuesto el significado de actuar con precaución para evitar posibles daños.
Oremos
Dechado de virtudes y una colección de defectos
