TEXTO BÍBLICO

Salmos 119: 137 – 152 NVI

137“Señor, tú eres justo,
y tus juicios son rectos.
138 Justos son los estatutos que has ordenado,
y muy dignos de confianza.
139 Mi celo me consume,
porque mis adversarios pasan por alto tus palabras.
140 Tus promesas han superado muchas pruebas,
por eso tu siervo las ama.
141 Insignificante y menospreciable como soy,
no me olvido de tus preceptos.
142 Tu justicia es siempre justa;
tu ley es la verdad.
143 He caído en la angustia y la aflicción,
pero tus mandamientos son mi regocijo.
144 Tus estatutos son siempre justos;
dame entendimiento para poder vivir.

Qof
145 Con todo el corazón clamo a ti, Señor;
respóndeme, y obedeceré tus decretos.
146 A ti clamo: «¡Sálvame!»
Quiero cumplir tus estatutos.
147 Muy de mañana me levanto a pedir ayuda;
en tus palabras he puesto mi esperanza.
148 En toda la noche no pego los ojos,[f]
para meditar en tu promesa.
149 Conforme a tu gran amor, escucha mi voz;
conforme a tus juicios, Señor, dame vida.
150 Ya se acercan mis crueles perseguidores,
pero andan muy lejos de tu ley.
151 Tú, Señor, también estás cerca,
y todos tus mandamientos son verdad.
152 Desde hace mucho conozco tus estatutos,
los cuales estableciste para siempre.”

REFLEXIÓN

Dios habla, nosotros escuchamos

Cuando Dios habla, lo hace con argumentos; sus juicios están respaldados por nuestros hechos. Existe un equilibrio entre las consecuencias de nuestras malas decisiones y lo que Dios dice, hará en nuestra existencia. Jamás ha deseado nuestro mal, por el contrario, sus planes son de bienestar, no de calamidad y siempre espera que haya un crecimiento espiritual en nosotros, aún en medio de los terrenos más agrestes por los que tengamos que caminar.

Es digno de confianza, no miente, sus bendiciones no traen tristeza, podemos esperar lo mejor de Él, siempre y cuando nuestra obediencia y fidelidad, sean evidentes, no solo en los buenos tiempos, sino también en los malos.

Muchas son las pruebas que tenemos que enfrentar, pero podemos superarlas, cuando tengamos claro que quien nos defiende, nos cuida, nos ama, nos protege, es mucho más fuerte que cualquier gigante que se haya propuesto derribarnos.

Sí, somos insignificantes y menospreciables para los hombres, pero para Dios, somos lo mejor de su creación. Su palabra nos infunde aliento en la aflición, no ha dado promesas; pero, ¿Meditamos en esas promesas? o ¿Permitimos que la duda nos haga pensar y afirmar un Dios incapaz y limitado? ¿Creemos que legalismo es amar a Dios?…¡No! Tenemos un Dios de amor, generoso y misericordioso, que ve lo que hay en nuestro corazón y no se fija en apariencias, por tanto, es nuestro corazón el que debemos cuidar de que no sea contaminado y opacado por cosas que no aportan a nuestra eternidad junto a Él.

Alabanza sugerida

Canción: Es el poder de Dios – Jennifer Pacheco

Ver video Aquí: http://bit.ly/2zHGdvV

OREMOS

Tú eres quien me da fuerzas y me restaura. Gracias Señor, por tu verdad, por permitirme ver las circunstancias como tú las ves, con mi mente, llena de esperanza y optimismo. Tú tienes el control y sé que todo obra para el bien de quienes te aman, y yo, te amo con todas las fuerzas de mi alma y mi corazón. Te alabo y te bendigo en el nombre de Jesús, amén.