Este artículo está inspirado en una prédica que hace poco se compartió en un culto de hombres en la iglesia a la cual asisto. El pastor Andrés Spiker de México puso en mi corazón algo realmente poderoso y que he visto todo el tiempo alrededor de mi vida. Así como yo ese día, hoy quiero que recuerdes que Dios te ha prometido muchas cosas y es su voluntad cumplirte. A veces somos nosotros mismos los que no permiten el cumplimiento y nos frustramos y pataleamos mientras Dios dice: Si lo quieres tómalo, pero no te dejes distraer.

Las promesas de Dios nunca vencen. No funcionan igual que un producto que compras en la tienda que dice fecha de expedición, fecha de vencimiento y cuando llega esta última fecha y no lo has consumido debes arrojarlo a la basura porque podría causarte daño. Si Dios te promete algo es porque lo va a cumplir y nunca nada podrá lograr que esa promesa expire. Lo que ocurre es que hay alguien que no quiere que alcances la promesa y se quiere interponer. Como no puede lograr que la promesa se dañe va a intentar distraerte para que no la alcances. ¡Ahí está la clave! Muchos estamos distraídos en otras cosas, puede que incluso dejamos a Dios o la iglesia en rebeldía, diciendo: “Es que Dios no me bendice” y estás justo donde la distracción te aleja más de la bendición. Mientras estés pensando en otra cosa, la promesa permanecerá flotando en el aire sin que la tomes, sin que esta se haga realidad.

Cuando tu enemigo logra distraerte ya ganó la batalla. Hay personas que pasan 10 años distraídas en el alcohol, en las drogas, en noviazgos sin fruto, en relaciones dañinas, en búsquedas de identidad sin sentido o en lugares equivocados. Distraídas por un empleo, por la iglesia, por la presión o el estrés. La depresión también querrá distraerte. Y cuando todo esto te hunde no puedes ver nada de lo que Dios te prometió y nada se hará realidad. Saldrás más fuerte sin duda, pero cuando salgas te darás cuenta de que perdiste años distraído en algo que pudiste haber resuelto en días o meses. Te das cuenta de que la lección la pudiste haber aprendido más rápido para haber pasado a otro nivel y este es el problema: En 10 años lograste superar un nivel después de revolcarte en la distracción y te das cuenta de que pudieron ser 10 niveles y eso te lleva a la frustración, a sentirte menos, a dañarte a ti mismo y puede empeorar la cosa. Como lo he escrito en otros artículos, la culpa es un enemigo silencioso increíble que debemos detener, pero tampoco debemos permitirle su ingreso a nuestra vida con ejemplos como el que te estoy dando de 10 años de desenfoque.

No te dejes distraer. Una de las promesas de Dios para todos también es que vendrá aflicción. Entonces cuando venga, no tardes en superarlo y levántate, no pierdas media vida en una sola prueba. No te hundas en la frustración. ¡Sal pronto de allí! Y si te diste cuenta de que perdiste mucho tiempo distraído en algo y dejaste de avanzar hacia la promesa, perdónate y rompe la cadena que quiere usar eso para hundirte más. ¡Todo es nuevo en Dios, sé efectivo, vive feliz!  ¡La promesa sigue allí, esperando por ti! ¡Tómala y hazla tuya! ¡Enséñale a los demás cómo se superan las distracciones, cómo se puede hallar paz en la tormenta! ¡Se puede! ¡Con Dios siempre se puede!

¡Bendiciones emprendedor!

Escrito por David Andrés Rincón para www.conectadosconcristo.com