Al principio creí que estaba de vacaciones solamente pero después me di cuenta que habíamos echado al diablo y lo habíamos dejado sin empleo. Lo interesante fue que lo despedimos para tomar su lugar, para reemplazarlo y no nos habíamos dado cuenta. Hoy quiero desenmascarar esta verdad que nos hace esclavos y seres llenos de culpa que no logran sus sueños ni alcanzan el propósito de Dios para su vida. A pesar de que el diablo está sin empleo dejó pequeñas semillas que tú mismo tomaste para trabajar en su lugar. Es decir, en tu interior él dejó representación y a pesar de que lo echaste hay cosas de él ahí adentro. El diablo no está afuera, está adentro.
No te imaginas la cantidad de personas que veo día a día viviendo una vida infeliz, una vida sin propósito, una vida desgraciada. Yo mismo me he sentido así y como lo hablé en mi artículo “Lo bueno del pecado” he aprendido a aceptarme y amarme a pesar de mis errores. Sin embargo, en los momentos de crisis me he dado cuenta como yo mismo he tomado el lugar del diablo para hundirme a mí mismo, para darme palo, para no perdonarme, para juzgarme sin compasión, para justificar mis malos momentos y he visto como él no tiene que hacer nada pues yo lo hago todo por él. Hace un par de años llegué a pensar algo que hoy veo como absurdo pero que en ese momento irónicamente le hallé sentido. Pensé en que Dios no me bendecía y hacía que las cosas me salieran mal porque pecaba constantemente, porque no lograba cambiar, porque había tomado malas decisiones ¡Imagínate! Muchos hemos pensado cosas similares y quiero que te des cuenta, como yo hace algún tiempo, que esas voces somos nosotros mismos justificando nuestros fracasos. Es una manera diferente de decir “Me merezco mi desgracia, así es que debe ser”. Esa voz, que eres tú y nadie más que tú te hunde y crees merecer de alguna manera la vida que tienes pues “no te has portado bien”. De esta manera haces el trabajo del diablo tú mismo. Hace tiempo él no anda por acá pues lo echaste para reemplazarlo. Lo dejaste sin nada que hacer y lo mejor es que me lo imagino de lejos disfrutando el desastre que armas para después, en muchas ocasiones, decir que es su culpa cuando es falso, lo hiciste tú mismo. Te crees indigno y merecedor de fracaso porque te la pasas diciéndote eso no porque Dios diga que lo eres.
No imagino a Dios diciendo: “Eso! ¡Sufre porque eso es lo que mereces! ¿Me fallaste? ¡Ahí está el resultado de tu pecado!” ¡¡¡Ese no es Dios!!! ¡¡Dios no es así!! Dios nos ama a pesar de nuestros errores, él mismo nos hizo humanos, él sabe que nos equivocamos, eso no es un misterio para Dios. Entiendo que la religión de algún modo nos ha metido esa idea en la cabeza, pero quiero que sepas que es tan solo una idea religiosa que te daña, te quita capacidad y te aleja de vivir una vida al nivel del propósito de Dios. Él no te juzga, tú si. Él no quiere verte sufrir, tú si. Él se olvida de tus pecados, tú te los recuerdas cada día. Él te cree digno, tú te crees indigno todo el tiempo. Él te ama aún con tu pecado, tú te odias por haber caído ¡No lo sigas haciendo más! Hoy Dios quiere decirte que te perdones, que él no te tacha, no te juzga, que a él no le importa que hayas caído porque te ama tanto para enviar de nuevo a si hijo a morir por ti. Él no levanta el dedo para señalarte, te da la mano y te abraza. Ese es el Dios que debes conocer. Muchas veces creemos que el mal está allá afuera y en realidad está adentro. Conviértete en tu mejor amigo. ¿Cómo alguien va a querer ser amigo de alguien a quien odia y rechaza todo el tiempo?
Te reto a aceptarte más, amarte más y perdonarte por anticipado. Dios quiere verte exitoso en todas las áreas, él te desea lo mejor todo el tiempo. Quiere verte luchando contra el pecado, pero te ama a pesar de este. Aprende que Dios te perdona incluso antes de que tú mismo te perdones. Dejemos desempleado al diablo, pero no tomemos su lugar. Saquémoslo definitivamente de nuestro interior y nuestras vidas. De esta manera seremos efectivos, viviremos con satisfacción y plenitud, podremos alcanzar nuestros sueños con mayor facilidad y trabajar en nuestro propósito de vida sin limitaciones. ¡¡Vamos por eso!!
¡Bendiciones emprendedor!
Escrito por David Andrés Rincón para www.conectadosconcristo.com