Quedé maravillado con la pregunta en el mismo momento de leerla. Me encontraba leyendo el libro Controle su vida de Anthony Robbins cuando, después de describir situaciones límite de abuso sexual y situaciones en que por una sola persona o decisión se salvaron muchas vidas, el autor formuló la pregunta ¿Qué es lo que crea o un héroe, o un canalla, o un criminal, o un cooperante? ¿Qué es lo que determina la diferencia en las acciones humanas? A lo largo de mi vida he buscado esa fuerza que nos controla a todos como seres humanos que hace que seamos tan diferentes, pero tan parecidos a la vez, y me encontré con una respuesta: todo se trata del dolor y del placer.
Quiero abordar este tema que me pareció tan relevante que dije: ¡Voy a escribir un artículo sobre esto! Existe una fuerza que nos mueve en cada toma de decisiones, por pequeña que sea. Todos edificamos nuestros destinos escogiendo a lo largo de nuestra vida todo aquello que nos de placer y lo que nos aleje el dolor. Se trata de una fuerza tan contundente que podríamos afirmar que Donald Trump y Mahatma Gandhi actuaron en consonancia con esta. Parece atrevido pensarlo, pero si nos detenemos por un momento nos damos cuenta de la realidad.
Trump ha dicho varias veces que lo que lo ha motivado a llegar a ser uno de los hombres más ricos del mundo es la obsesión por ser el primero. Le encanta el placer que esto le produce y se rehúsa al dolor que pueda traerle no ser el mejor en el mundo de los negocios. De la misma manera, Gandhi lo movía el placer de ver libre a su pueblo del colonialismo inglés, mientras se alejaba del dolor que lo hacía sentir la esclavitud (mental o física) y la discriminación.
Esto me impactó tanto que no pude evitar escribir un artículo sobre esto ya que puede ser de mucha utilidad, para emprendedores y no emprendedores, entender esto. Hoy mismo estás forjando tu futuro basado en aquello que te trae placer y alejando todo aquello que te trae dolor. Dicho así, podemos resumir que en tanto identifiquemos aquello que nos está moviendo, que con toda seguridad es diferente a lo que mueve a mi esposa o amigos, podremos mejorar aquello a lo que estamos llegando.
Yo mismo he tenido que descubrir hace un tiempo que me producía incomodidad (dolor) hablarles a otros o venderles a otros y he tenido que sanar en mi corazón ese tema para resignificar algo que me produzca tanto placer que pueda superar ese dolor, como lo ha sido el sueño de ayudar a otros creando negocios y dejando un legado para mi generación. Al pensar en lo segundo sobrepaso lo primero pues ¿qué podría hacer un emprendedor que no sabe o no se atreve a vender?
Podríamos hoy mismo convertirnos en héroes o en villanos por darle significado de dolor o placer a diferentes temas. Ya lo dijo Marco Aurelio hace mucho tiempo: Si te sientes angustiado por cualquier cosa externa, el dolor no se debe a la cosa en sí, sino a tu propia estimación sobre ella; así pues, tienes el poder de eliminarlo en cualquier momento. Pidámosle ayuda a Dios para identificar este tipo de cosas y lograr que la fuerza que nos mueva sea la del placer por hacer lo que a Él le gusta y el dolor por lo que a él lo entristece.
Un ejemplo claro puede ser el vicio de las drogas. Jamás he probado ni siquiera un cigarrillo y con este tema comprendí que se debe a lo que mis padres me enseñaron sobre esto, haciendo que yo lo asociara como doloroso, como algo en lo que, si caía, me haría perder la vida y los sueños. Sin dudarlo esa enseñanza guardó mi futuro. Por el contrario, hay jóvenes atados a esto que nunca lo vieron como algo dañino, sino que al probarlo los conquistó tanto que lo vincularon a un sentimiento de placer al que se volvieron adictos y el dolor de verse en el hoyo muchas veces no resulta ser más grande que el placer que sienten cuando lo prueban.
¡Cuántas vidas podríamos salvar del despropósito si conociéramos esto! Ahora pongámoslo en práctica trabajando en nuestro corazón dándole significado a las cosas que nos rodean para que eso mismo nos ayude a trabajar con fuerza para lograr la voluntad de Dios sobre nuestras vidas, que es buena, agradable y perfecta.
¡Bendiciones emprendedor!
Escrito por David Andrés Rincón para www.conectadosconcristo.com