TEXTO BÍBLICO

“Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él.

¡A él sea la gloria por siempre! Amén”.

 (Romanos 11:36 NVI)

REFLEXIÓN

Podría enumerar las una y mil veces que Dios ha venido a mi rescate y contarles lo que para mí significa su nombre y su presencia en mi vida y aun así, me quedaría corta al describir quien es Él para aquellos que lo aman desde lo más profundo de su corazón.

Todo a nuestro alrededor habla de la Gloria de Dios y es el más hermoso regalo que podemos recibir de su parte. Cuando me siento en angustia y quiero sentir su presencia, basta con asomarme a mi balcón cerrar los ojos y concentrarme en el viento que choca con mi rostro, en la inmensidad del cielo con todos sus matices, en el sonido que emiten los pájaros del parque y en los niños que a lo lejos juegan desprevenidos.

¡Sí!, Él está en todas partes. Lo que vivimos no es para que seamos exaltados por nuestras virtudes, sino para que al salir vencedores, demos testimonio de su inmenso poder y amor.

Somos llamados a disfrutar los tiempos de paz que podemos construir cuando entramos a su presencia. Quizás podrías decir que con los problemas que tienes, no te puedes dar el lujo de perder tiempo en ese tipo de cosas; sin embargo, te aseguro que en sus brazos, escuchando la canción de alabanza que más te guste, pensando en lo bueno, admirable y lo positivo de su plan perfecto y creyendo en fe que serás bendecido(a) con aquello que anhelas aunque aún no lo hayas recibido, tu corazón será reconfortado y tu esperanza fortalecida mucho más que si le pones un altar a tus dificultades.

Por un momento apaga tus pensamientos. Quédate quieto. Reconoce a Dios. Recibe su Espíritu y disfruta agradecido de lo que Él ha hecho, hace y hará en tu vida. Ya probaste todo en tus fuerzas, ahora prueba a Dios. No te dejará solo, ni avergonzado, ni derrotado. Él es Dios, para Él no hay imposibles.

Alabanza sugerida

Canción: Más – Adriana Botina

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OREMOS

Gracias Señor por todo lo que has hecho en mi vida. Solo tú sabes lo que hoy me agobia, pero no quiero adorar más. Anhelo que el único altar en mi vida sea levantado para adorarte a ti y solo a ti. Perdona mi soberbia y falta de sabiduría, cuando he puesto como prioridad otras cosas, antes que mi tiempo especial contigo. En ti confiaré porque eres fiel. Camino de tu mano porque sé que no permitirás que caiga. Dame paz. Acrecienta y fortalece mi fe. Quiero amarte más. En el nombre de Jesús, amén.