TEXTO BÍBLICO
“Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse”.
(Proverbios 25:28 NVI)
REFLEXIÓN
Gestionar mis emociones es un gran reto. Mi temperamento colérico sanguíneo, constantemente sabotea mi meta de ser emocionalmente victoriosa. En situaciones en dónde se espera, guarde la calma, sea paciente y piense antes de actuar… reacciono de tal manera que pierdo el control sobre mí misma y generalmente, una vez me tranquilizo, sentimientos como la culpa y la decepción me persiguen y me roban la paz.
Desear ser perfectos y diplomáticamente correctos en toda circunstancia es imposible lograrlo, sin el apoyo y acompañamiento del Espíritu Santo en nuestras vidas. Somos humanos, vivimos en un mundo en el que debemos lidiar con situaciones que nos hacen reaccionar y no siempre de la mejor manera; y aunque Dios nos ha enseñado que podemos airarnos, pero no pecar, nos enojamos, pecamos y fracasamos en el intento de respirar, contar hasta diez y callar hasta que la ira desaparezca.
Enojarse y no pecar, nos obliga a gobernar. Jesús se enojó, pero jamás hizo daño a quienes eran fuente de esa emoción en su vida; dijo lo que tenía que decir, en el tono que consideraba debía hacerlo, pero con la intención de impactar, enseñar, exhortar, orientar, guiar y conectar con el cielo aquellos que con sus actitudes distaban de ser personas agradables a los ojos del Señor.
Gestionar implica ser consientes de los que genera la emoción. Es decir, no es tu esposo(a), es lo que dice y como lo dice o lo que hace, entonces consiente de eso, lo identificas, tomas decisiones y basas tu conversación en la circunstancia y no la persona; No es tu hijo(a), tú lo amas y deseas lo mejor para él o ella, es su desobediencia lo que te saca de casillas; la comunicación mejora, si centras tu reclamo en lo que ha hecho y no en quien es o no es él. Precisar lo que te descontrola, te permite ser asertivo al resolver el problema.
Las emociones no son una debilidad. Fueron puestas en nosotros por Dios como parte de nuestra esencia y propósito. Por sentir, no somos pecadores; no obstante, nuestras acciones nos definen. Los apóstoles de Jesús eran diferentes, no perfectos, Pablo era corajudo, valiente, perseverante, enérgico; Judas fue envidioso, egoísta, mentiroso y ambicioso; Tomás fue el más melancólico, áspero para tratar, terco y pesimista; Pedro fue Impulsivo, impetuoso, extrovertido y lo que todos ellos tienen en común, es que al seguir al Señor, Él les cambió el corazón.
De la manera de Dios, para ser exitosos en dominarnos a nosotros mismos se necesita: Menguar para que Cristo crezca en nuestro interior; entregarle a Dios en oración nuestra tristeza, decepción, rabia, temor, depresión o ansiedad; afirmarnos en positivo y aferrarnos a las promesas que nos han sido concedidas. Si vas a descargar tus emociones, hazlo en tu intimidad con el Señor antes de lanzar dardos de fuego hacia la otra persona; así evitas, abrir la puerta para que el enemigo entre y se aproveche de tu debilidad, llenándote de culpa y frustración.
Alabanza sugerida
Canción: Al Taller del Maestro – Alex Campos
Ver video aquí: https://youtu.be/xepY2ULKwYQ
OREMOS
Señor, hoy me siento (cuéntale a Dios de aquello que te roba la paz), te lo entrego, porque solo(a) no puedo lidiar con eso. Mi corazón va a explotar, Señor, y necesito de tu ayuda. Haz de mí una persona de bendición, ayúdame a gobernar mis emociones y no permitas que peque intentando imponer mi punto de vista sin tener en cuenta el tuyo sobre toda circunstancia. Mi alma tiene sed de ti, déjame ver tus planes y propósitos, pon guarda en mi boca y has que mis acciones hablen sobre quien eres tú en mi vida. En el nombre de Jesús, me declaro emocionalmente victorioso(a), amén y amén.