TEXTO BÍBLICO

Salmos 54 (NVI)

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Masquil de David, cuando gente de Zif fue a decirle a Saúl: «¿No estará David escondido entre nosotros?»
“54 Sálvame, oh Dios, por tu nombre;
defiéndeme con tu poder.
2 Escucha, oh Dios, mi oración;
presta oído a las palabras de mi boca.
3 Pues gente extraña me ataca;
tratan de matarme los violentos,
gente que no toma en cuenta a Dios. Selah

4 Pero Dios es mi socorro;
el Señor es quien me sostiene,
5 y hará recaer el mal sobre mis adversarios.
Por tu fidelidad, Señor, ¡destrúyelos!

6 Te presentaré una ofrenda voluntaria
y alabaré, Señor, tu buen nombre;
7 pues me has librado de todas mis angustias,
y mis ojos han visto la derrota de mis enemigos”.

REFLEXIÓN

En defensa de nuestros derechos

En defensa de nuestros derechos, podríamos resumir así nuestra primer reacción al sentirnos atacados; es luchar con todas nuestras fuerzas para salvaguardar nuestra vida y proteger nuestra dignidad. Asumimos una actitud defensiva para que la persona que se cree con el derecho de hacernos daño, sepa qué tan fuertes somos y hasta dónde somos capaces de llegar.

La verdad, es que no necesitamos pagar con la misma moneda para hacernos valer. Nuestro Dios, es quien nos cuida, nos protege y nos defiende, ante el panorama desolador que nos ofrece la batalla librada en nuestras fuerzas.

No existe quien se atreva a retar a Dios y salir bien librado. A lo mejor no entiendas sus métodos, pero te aseguro que al final cada uno recibirá la recompensa que merece de acuerdo a sus acciones, porque nuestro Señor, es justo y fiel a sus promesas.

Que tu confianza en él sea la ofrenda que le das al Señor en éste día y para hacerlo hay que creer en su palabra cuando nos dice que en nos acompaña en medio de la oscuridad y que jamás nos deja solos. Es la oportunidad para afirmar con nuestras palabras que nuestro Dios es poderoso e invencible y que absolutamente nada está fuera de su control.

Alabanza sugerida

Canción: Digo Amén – Samara

Ver video Aquí: http://bit.ly/2fM460j

OREMOS

Padre amado, estás conmigo y creo cada una de las palabras que me has susurrado al oído. En los malos tiempos me has acompañado y en los buenos celebras mis triunfos a mi lado. Declaro con todas mis fuerzas que tus planes se cumplirán en mi vida y que nada podrá derribarme. Gracias Señor, por sostenerme en medio de mis dificultades, por darme la fuerza para seguir hacia adelante y por brindarme la esperanza eterna de una vida en victoria. Digo amén a cada una de tus promesas. En el nombre de Jesús, amén.