TEXTO BÍBLICO

Salmos 110  (NVI)

Salmo de David.

“110 Así dijo el Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha
hasta que ponga a tus enemigos
por estrado de tus pies».

2 ¡Que el Señor extienda desde Sión
el poder de tu cetro!
¡Domina tú en medio de tus enemigos!
3 Tus tropas estarán dispuestas
el día de la batalla,
ordenadas en santa majestad.
De las entrañas de la aurora
recibirás el rocío de tu juventud.

4 El Señor ha jurado
y no cambiará de parecer:
«Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec».

5 El Señor está a tu mano derecha;
aplastará a los reyes en el día de su ira.
6 Juzgará a las naciones y amontonará cadáveres;
aplastará cabezas en toda la tierra.

7 Beberá de un arroyo junto al camino,
y por lo tanto cobrará nuevas fuerzas”.[

REFLEXIÓN

En el tiempo oportuno

No tenemos que esforzarnos mucho para ver derrotados a nuestros enemigos; puesto que el Señor, no tardará en librarnos de su opresión. Basta esperar el tiempo oportuno, en el que la intervención de Dios pone en orden todas las áreas de nuestra vida, apartando el mal de nuestro camino.

Dios está cerca para ayudarnos en cualquier guerra que hayamos decidido emprender, siempre y cuando las motivaciones de nuestro corazón, obedezcan a hacer el bien y no el mal. La venganza le pertenece a Él, a nosotros nos conviene más, alinearnos a su voluntad y seguir al pie de la letra sus preceptos, a fin de salvaguardar nuestra dignidad, heredad y linaje.

Cada día es una oportunidad para empezar de nuevo. Es Dios nuestro sustento poderoso y eficaz. Cuando nos sintamos abatidos, allí estará Él para renovar nuestras fuerzas. Cuando nuestros adversarios nos superen en número, Él saldrá en nuestra defensa. Lo que nos corresponde hacer, es orar, confiar, perseverar y mantenernos firmes, con el objetivo de no apartarnos de su cobertura divina, en la consecución de nuestras metas.

Alabanza sugerida

Canción:Tu estás aquí – Jesús Adrián Romero & Marcela Gándara

Ver video Aquí: http://bit.ly/1n1b5c7

OREMOS

Eres mi mejor defensa Señor. Nadie puede hacerme daño, porque eres mucho más fuerte y poderoso que cualquier enemigo que yo pudiera tener.Gracias por cuidar y proteger a mi familia y por bendecirme con tu presencia en mi vida. Declaro que mi fe en ti es inquebrantable, que tu amor me sostiene y mi corazón te pertenece; en el nombre de tu hijo amado Jesús, amén y amén.