TEXTO BÍBLICO

Salmos 119: 113-136 NVI

“113 Aborrezco a los hipócritas,
pero amo tu ley.
114 Tú eres mi escondite y mi escudo;
en tu palabra he puesto mi esperanza.
115 ¡Malhechores, apártense de mí,
que quiero cumplir los mandamientos de mi Dios!
116 Sosténme conforme a tu promesa, y viviré;
no defraudes mis esperanzas.
117 Defiéndeme, y estaré a salvo;
siempre optaré por tus decretos.
118 Tú rechazas a los que se desvían de tus decretos,
porque solo maquinan falsedades.
119 Tú desechas como escoria a los impíos de la tierra;
por eso amo tus estatutos.
120 Mi cuerpo se estremece por el temor que me inspiras;
siento reverencia por tus leyes.

Ayin
121 Yo practico la justicia y el derecho;
no me dejes en manos de mis opresores.
122 Garantiza el bienestar de tu siervo;
que no me opriman los arrogantes.
123 Mis ojos se consumen esperando tu salvación,
esperando que se cumpla tu justicia.
124 Trata a tu siervo conforme a tu gran amor;
enséñame tus decretos.
125 Tu siervo soy: dame entendimiento
y llegaré a conocer tus estatutos.
126 Señor, ya es tiempo de que actúes,
pues tu ley está siendo quebrantada.
127 Sobre todas las cosas amo tus mandamientos,
más que el oro, más que el oro refinado.
128 Por eso tomo en cuenta todos tus preceptos[e]
y aborrezco toda senda falsa.

Pe
129 Tus estatutos son maravillosos;
por eso los obedezco.
130 La exposición de tus palabras nos da luz,
y da entendimiento al sencillo.
131 Jadeante abro la boca
porque ansío tus mandamientos.
132 Vuélvete a mí, y tenme compasión
como haces siempre con los que aman tu nombre.
133 Guía mis pasos conforme a tu promesa;
no dejes que me domine la iniquidad.
134 Líbrame de la opresión humana,
pues quiero obedecer tus preceptos.
135 Haz brillar tu rostro sobre tu siervo;
enséñame tus decretos.
136 Ríos de lágrimas brotan de mis ojos,
porque tu ley no se obedece.”

REFLEXIÓN

En intimidad con Dios

Hay momentos en nuestra vida, en los que por muchas razones, nos cuesta orar y entrar en intimidad con Dios. Los problemas nos agobian y el ruido en nuestra mente no nos permite conectarnos con Él; estamos cansados de orar y no hallamos respuesta; o simplemente nos sentimos tan bien, que nos relajamos y dejamos de orar, acudiendo a Dios sólo cuando nuestro mundo vuelve a tambalear.

La oración elevada con un corazón sincero y limpio delante de nuestro Señor es eficaz; fallamos constantemente, eso Él lo sabe, pero pedir perdón es un acto de humildad que abre las puertas a una fluida y sincera conversación con el padre celestial.

La oración nos fortalece y es a través de ella que obtenemos del Señor una sólida defensa con argumentos espirituales en contra de lo que amenaza nuestra tranquilidad. Constantemente optamos por armas humanas para enfrentar nuestras dificultades: gritos, enfado, humillación, mentiras, desprecio, rechazo, ilegalidad, entre otras, ignorando que lo más efectivo, es entregarle al Señor lo que nos oprime y nos entristece.

Él es nuestro escudo, nos da esperanza, nos defiende de los arrogantes y nos mantiene a salvo; mientras seamos obedientes en buscarlo y honrarlo, cumplir sus mandamientos y optar por la bondad, la verdad y la paz, Él responderá actuando de manera contundente en favor de sus hijos amados.

Alabanza sugerida

Canción: No estoy solo – Tercer cielo

Ver video Aquí: http://bit.ly/2Apzk3y

OREMOS

Señor, intento ser la persona que tu quieres que sea, me conecto contigo porque traes paz a mi corazón y conociendo lo que hay en él, no me rechazas, sino que te perfeccionas en mi debilidad. Padre amado, no quiero seguir haciendo lo que te ofende, deseo honrarte en TODO lo que haga, piense y diga, anhelo sentirte a mi lado, apropiarme del dominio propio que ya me has concedido y hacerte sonreír. Gracias Señor por tu presencia en mi vida, pongo mi confianza en ti y espero tu intervención en cada una de las situaciones que hacen tambalear mi mundo. En el nombre de Jesús, amén.