Texto Bíblico
Éxodo 20 : 4 – 6 NVI
“No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el SEÑOR tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones.”
Reflexión
Estatuas de piedra, dioses falsos: Segundo mandamiento
Creemos en Él, lo amamos con todas nuestras fuerzas y es nuestra fe la que nos mantiene en pie, porque Dios, no tiene una forma visible ante el ojo humano. Por esto, cualquier ídolo, imagen tallada en madera, yeso, piedra o cualquier otro material que se use para representarlo es una falsedad.
Tengo un leve recuerdo de mi infancia, en una iglesia católica en la ciudad de Sogamoso Colombia, en la que los feligreses hacían una fila eterna, para besar una imagen de madera que representaba a Jesucristo crucificado en la cruz, en la que supuestamente ésta sangraba a la vez que era tocada por la persona, se le hacía una petición, creyendo con toda seguridad que a través de ella, Dios escuchaba y concedía sus deseos. Yo era de aquellas creyentes que pagaba promesas como ofrecerle a Dios mi larga cabellera a cambio de un trabajo o de que mi esposo quien me había abandonado volviera a la casa, condicionando mis supuestos sacrificios, al favor de Dios.
Desde aquel entonces, sin tener mayor conocimiento de la Biblia sentía en mi corazón que lo que hacía no era agradable al Señor. Por todo esto ya le pedí perdón a Él e hice mi respectiva sanidad interior, entendiendo que mi relación personal con Él se hace mucho más fuerte cuando hablamos sin intermediarios de ninguna clase, cuando a solas en mi habitación realizo mis peticiones a un Padre que no escatima absolutamente nada, para que yo sea inmensamente feliz, que no cederá a mis deseos, si éstos no me convienen o en el futuro me causarán algún daño.
Adorarlo, guardándole reverencia a una imagen inerte, cuando nuestro Dios está vivo, es un absurdo. Es tan pecador tanto el que se inclina ante ella como el que la fabrica. La verdadera adoración, la llevamos cada segundo de nuestro día a día en el corazón, cuando oramos en nuestra intimidad, le confiamos nuestros sueños, esperamos pacientes su respuesta, ofrecemos nuestro amor, ayuda y respeto a nuestros semejantes, y lo honramos con nuestras palabras, pensamientos y acciones como representantes de Él aquí en la tierra.
El pacto es sencillo de entender: “odio o amor” en todas sus formas. El Señor no tolera la infidelidad, ni admite que se le enfrente con un rival. Demanda de nosotros una total y exclusiva devoción a Su Nombre. Si lo desobedecemos, violamos el pacto y son nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos hasta la cuarta generación, los que sufrirán las consecuencias de nuestro rechazo y lealtad hacia Él.
Oremos
Padre celestial, estas vivo y caminas junto a mi cada día. Cuando siento desfallecer, acudes en mi ayuda y para esto no necesito intermediario alguno, porque son las promesas que me han sido dadas a través de tu palabra, las que me enseñan el verdadero camino hacia ti. Jesús, mi amigo fiel. Gracias Padre amado por perdonar mi infidelidad, cuando creo necesitar de algo o alguien para encontrarte. En el nombre de tu hijo Jesús, Amén y amen.
Devocional diario www.conectadosconcristo.com
Gracias Liliana! Lindos mensajes
Tristemente,muchas personas se ponen de rodillas ante cualquier imagen, pero se averguenzan de arrodillarse ante EL DIOS VIVO por temor a que los llamen fanaticos