TEXTO BÍBLICO
Cantares 7 (NVI)
“7 ¡Ah, princesa mía,
cuán bellos son tus pies en las sandalias!
Las curvas de tus caderas son como alhajas
labradas por hábil artesano.
2 Tu ombligo es una copa redonda,
rebosante de buen vino.
Tu vientre es un monte de trigo
rodeado de azucenas.
3 Tus pechos parecen dos cervatillos,
dos crías mellizas de gacela.
4 Tu cuello parece torre de marfil.
Tus ojos son los manantiales de Hesbón,
junto a la entrada de Bat Rabín.
Tu nariz se asemeja a la torre del Líbano,
que mira hacia Damasco.
5 Tu cabeza se yergue como la cumbre del Carmelo.
Hilos de púrpura son tus cabellos;
¡con tus rizos has cautivado al rey!
6 Cuán bella eres, amor mío,
¡cuán encantadora en tus delicias!
7 Tu talle se asemeja al talle de la palmera,
y tus pechos a sus racimos.
8 Me dije: «Me treparé a la palmera;
de sus racimos me adueñaré».
¡Sean tus pechos como racimos de uvas,
tu aliento cual fragancia de manzanas,
9 y como el buen vino tu boca!
La amada
¡Corra el vino hacia mi amado,
y le resbale por labios y dientes![a]
10 Yo soy de mi amado,
y él me busca con pasión.
11 Ven, amado mío;
vayamos a los campos,
pasemos la noche entre los azahares.
12 Vayamos temprano a los viñedos,
para ver si han retoñado las vides,
si sus pimpollos se han abierto,
y si ya florecen los granados.
¡Allí te brindaré mis caricias!
13 Las mandrágoras esparcen su fragancia,
y hay a nuestras puertas
toda clase de exquisitos frutos,
lo mismo nuevos que añejos,
que he guardado para ti, amor mío.”
REFLEXIÓN
Exaltando lo positivo
Cuando exaltamos lo positivo en nuestro cónyuge, lo bendecimos. Conozco matrimonios dedicados a atacarse mutuamente, personas que resaltan los defectos físicos y/o espirituales de su pareja; minando poco a poco no solo su autoestima, sino la complicidad que en el amor debe existir entre ellos.
Es impresionante observar la manera como el amado de este texto exalta las virtudes de su amada, destaca todo en ella, recorre su cuerpo de forma detallada; ¿A qué mujer no le gusta que su esposo le diga cosas lindas a diario? es una manera de sentirse amada, deseada y por ende tranquila. Cuando esto no sucede, damos pie a la desconfianza, los celos, la amargura y otras emociones nefastas para la pareja.
Así mismo, la amada le hace saber que toda ella le pertenece, que puede confiar en su anhelo de permanecer a su lado, dispuesta a demostrarle que lo ama; no se niega a disfrutar de la intimidad con él, se siente completa cuando está a su lado y se lo hace saber. Lo atiende y lo hace sentir importante. El hombre está con quien mejor lo trata; si lo maldices con tus palabras y tus acciones faltas de sabiduría, se alejará cada día más de ti; preferirá compartir tiempo con sus amigos, con el televisor, el celular, el trabajo, antes que aguantarse tu cantaleta cargada de quejas y/o negativismo.
La palabra tiene el poder de construir o destruir, de fortalecer o debilitar, de unir o dividir; que de tu boca salgan palabras convenientes y de edificación. Recuérdale a tu esposa(o) que para ti es la mujer más bella o el hombre más atractivo; que hace parte de tu vida y que agradeces al cielo su presencia en tu vida; ella(él) se sentirá feliz y Dios agradado por la manera como libras la batalla en contra de la indiferencia y la rutina.
Alabanza sugerida
Canción: Mi vida sin ti – Jesús Adrián Romero
Ver video Aquí: https://bit.ly/2L320I5
OREMOS
Amado Señor, pon guarda en mi boca y filtra mis palabras, de tal manera que de ella salgan afirmaciones positivas que reafirmen mi amor hacia mi esposo(a). Ayúdame a dirigirme a ella (él) con el amor que Cristo lo haría; permíteme verla(o) como tu lo haces. Bendice cada paso que dé, dale sabiduría y cambia en nosotros lo que haya que cambiarse, para exaltar y glorificar tu nombre en todo tiempo. En el nombre de Jesús, amén y amén.