TEXTO BÍBLICO

Isaías 50 (NVI)

El pecado de Israel y la obediencia del siervo

“50 Así dice el Señor:

«A la madre de ustedes, yo la repudié;
    ¿dónde está el acta de divorcio?
    ¿A cuál de mis acreedores los he vendido?
Por causa de sus iniquidades,
    fueron ustedes vendidos;
por las transgresiones de ustedes
    fue despedida su madre.
¿Por qué no había nadie cuando vine?
    ¿Por qué nadie respondió cuando llamé?
¿Tan corta es mi mano que no puede rescatar?
    ¿Me falta acaso fuerza para liberarlos?
Yo seco el mar con una simple reprensión,
    y convierto los ríos en desierto;
por falta de agua sus peces se pudren
    y se mueren de sed.
A los cielos los revisto de tinieblas
    y los cubro de ceniza».

El Señor omnipotente me ha concedido
    tener una lengua instruida,
    para sostener con mi palabra al fatigado.
Todas las mañanas me despierta,
    y también me despierta el oído,
    para que escuche como los discípulos.
El Señor omnipotente me ha abierto los oídos,
    y no he sido rebelde ni me he vuelto atrás.
Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban,
    mis mejillas a los que me arrancaban la barba;
ante las burlas y los escupitajos
    no escondí mi rostro.
Por cuanto el Señor omnipotente me ayuda,
    no seré humillado.
Por eso endurecí mi rostro como el pedernal,
    y sé que no seré avergonzado.
Cercano está el que me justifica;
    ¿quién entonces contenderá conmigo?
    ¡Comparezcamos juntos!
¿Quién es mi acusador?
    ¡Que se me enfrente!
¡El Señor omnipotente es quien me ayuda!
    ¿Quién me condenará?
Todos ellos se gastarán;
    como a la ropa, la polilla se los comerá.

10 ¿Quién entre ustedes teme al Señor
    y obedece la voz de su siervo?
Aunque camine en la oscuridad,
    y sin un rayo de luz,
que confíe en el nombre del Señor
    y dependa de su Dios.
11 Pero ustedes que encienden fuegos
    y preparan antorchas encendidas,
caminen a la luz de su propio fuego
    y de las antorchas que han encendido.
Esto es lo que ustedes recibirán de mi mano:
    en medio de tormentos quedarán tendidos.”

REFLEXIÓN

Falta de reciprocidad

Es triste ver las muestras de agradecimiento casi nulas por parte nuestra, hacia el trabajo que Dios hace en nosotros cada día. Nos ha susurrado al oído que somos especiales e importantes para Él, nos ha comunicado cuál es nuestro llamado, nos ha invitado a cambiar nuestro estilo de vida separado de Él, por uno en el que Él sea nuestra prioridad y a pesar de su insistencia, hemos ignorado sus demandas y seguimos viviendo sin dar el fruto esperado de acuerdo a nuestras capacidades.

El pecado pretende mantenernos esclavizados y atados a nuestros fracasos, pero el Señor constantemente nos busca con la intención de salvarnos, rescatarnos y ofrecernos una vida nueva. 

Es en medio de nuestras pruebas, que recibimos instrucción y adquirimos autoridad para consolar, ayudar y aconsejar a los afligidos y cansados; es por esto que huir de nuestros problemas no nos edifica y que al enfrentarlos con valentía, Dios nos enseña en la práctica que de la obediencia, proviene la bendición.

En éste camino que hemos emprendido, encontraremos contendores, personas que serán un obstáculo en el cumplimiento de nuestro llamado, otros que intentarán desanimarnos y algunos que expresarán abiertamente su falta de confianza en cada uno de nosotros; pero Dios nos ha elegido y en la medida que creamos en su poder, sabremos que no seremos avergonzados, ni humillados, porque su respaldo será evidente y contundente; y aquellos que hoy se esmeran por hacernos daño, algún día entenderán, que no existe quién le haga frente al Dios poderoso que marcha al frente de nosotros.

Alabanza sugerida

Canción: En tu presencia – Ayrton Day

Ver video aquí: https://bit.ly/2WEGE67

OREMOS

Gracias Señor por tu respaldo. Decido enfrentar mis pruebas con valentía, entendiendo que es un entrenamiento dentro de tus planes. Te entrego mis perseguidores, te pido actues a mi favor, demando al cielo por tu protección y seguridad y espero en ti, el cumplimiento de mis sueños, para honrarte y glorificarte, cada día de mi vida. Te amo, en el nombre de Jesús, amén.