El escritor francés Jean de La Bruyére era un genio para decir frases célebres, cuando leí un aparte de su obra inmediatamente lo relacioné con Manuel Antonio Carreño en cuanto a sus formas de ver el comportamiento de la sociedad. El señor de La Bruyère esbozó una frase que tomaré para realizar el presente artículo. La frase es: «Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.»[1]
Gratitud viene de gratis, y de eso sí que nos gusta y sí que sabemos. Gracia de Dios es el perdón de ÉL hacia nosotros y se nota en nuestro estilo de vida ya que nuestro corazón es el que ha sido influenciado por ÉL mismo. En Tito 2: 11,13 NVI encontramos más a profundidad lo que es la gracia. Dice: “En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio, mientras aguardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.”
Concatenando entonces podemos decir que la Gracia Divina trae salvación, enseñanza, dominio propio, justicia, piedad, esperanza y expectativa. Igualito lo que nos da y enseña la “sociedad progresista y vanguardista” actual.
Y nosotros que debemos hacer respecto a la Gracia, pues: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7 NVI). Entonces demos gracias siempre por ser beneficiarios de la Gracia de Dios.
Y siguiendo el consejo de nuestro escritor francés demos exceso de gracias a todas las personas, a esa persona que nos cierra en el tránsito, a ese ser maravilloso que nos sirve la mesa, a la mujer abnegada que nos ayuda en la casa, al señor conductor, al policía, al médico, a todos. A los que nos sacan de quicio y a los que nos alegra la vida. A todos son todos.
Por mi parte, le agradezco por leer éste artículo.
Siempre en Cristo Jesús, Amén.
Escrito por Alejandro Vargas para www.conectadosconcristo.com