TEXTO BÍBLICO
“Pero Dios le dijo: Samuel, no te fijes en su apariencia ni en su gran estatura. Este no es mi elegido. Yo no me fijo en las apariencias; yo me fijo en el corazón”.
(1Samuel 16:7 TLA)
REFLEXIÓN
Al hablar de nuestra identidad en Cristo, Él nos dice que somos amados, redimidos, perdonados, escogidos, ungidos, bendecidos, herederos, fuertes, valientes, santos y sin mancha delante de Él. Somos valiosos y cuidados. Somos su reflejo y fuimos creados a su imagen y semejanza, pero…
Con conocimiento previo de esta verdad, distorsionamos y anulamos la manera como Dios nos ve. Somos una gran obra de arte, creados con un propósito importante, tenemos una misión que cumplir en esta tierra y por ende, dedicó tiempo precioso en imprimir su esencia en nuestra mente y corazón, con el fin de impactar de manera positiva a todo aquel que tengamos la oportunidad de conocer.
Somos los más duros jueces de nuestro físico, de quienes somos o de lo que podemos llegar a hacer. Reducimos nuestro valor a la apariencia, la cual es insignificante para Dios, ya que para Él lo más importante es el corazón. Minimizamos su esfuerzo diario de hacer de nosotros mejores personas, cuando nos expresamos de manera despectiva no solo de nosotros mismos, sino de las metas alcanzadas, las pruebas superadas y los desiertos enfrentados. Cada cosa que vivimos, hace parte de sus planes y absolutamente nada pasa en vano.
¿Le has dado gracias a Dios por crearte tal cual como eres? ¿Has decidido creer lo que otras personas dicen de ti o atesoras en tu alma lo que el Señor dice de ti? ¿Te ves de la manera como Dios te ve? ¿Crees poder cumplir tu llamado y alcanzar las metas de Dios para tu vida o te has rendido sin siquiera intentarlo? Dios te va a usar, tienes su favor y gracia sobre tu vida. Como lo hizo con David al elegirlo entre sus hermanos, aun cuando su propia familia lo menospreciaba; aunque el concepto que tienes de ti mismo sea negativo y estés convencido(a) que eres débil o el(la) que menos cualidades tienes, Dios te usará para su gloria y honra.
Alabanza sugerida
Canción: El Reflejo – Sara Borraez
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OREMOS
Me rindo a tus pies Señor, pidiéndote perdón por las veces en las que he dejado de verte como tú me ves. Corro a tu encuentro para afianzar mi seguridad y mi identidad en ti, contigo y para tu gloria y honra. Soy amado(a), cuidado(a), perdonado(a), redimido(a), escogido(a), ungido(a) y bendecido(a). Aunque el mundo intente minimizar tu obra en mí, escojo vivir exaltando lo que has hecho en mi vida. Gracias por sostenerme con tu gracia y favor. Te entrego mi corazón. En el nombre de Jesús, amén.