TEXTO BÍBLICO

Proverbios 18: 16-24  (NVI)

“16 Con regalos se abren todas las puertas
y se llega a la presencia de gente importante.

17 El primero en presentar su caso parece inocente,
hasta que llega la otra parte y lo refuta.

18 El echar suertes pone fin a los litigios
y decide entre las partes en pugna.

19 Más resiste el hermano ofendido que una ciudad amurallada;
los litigios son como cerrojos de ciudadela.

20 Cada uno se llena con lo que dice
y se sacia con lo que habla.

21 En la lengua hay poder de vida y muerte;
quienes la aman comerán de su fruto.

22 Quien halla esposa halla la felicidad:
muestras de su favor le ha dado el Señor.

23 El pobre habla en tono suplicante;
el rico responde con aspereza.

24 Hay amigos[b] que llevan a la ruina,
y hay amigos más fieles que un hermano.”

REFLEXIÓN

¿Inocentes o culpables?

Estamos en un mundo de inocentes y culpables. Es tan amado por Dios quien vive en santidad e integridad delante de Él, como quien le hace cada día monumento a la maldad. Para el Señor no hay distinciones, espera de nosotros lo mejor y propende por una transformación real que nos lleve a tener una relación mucho más estrecha con Él; la diferencia entre el uno o el otro radica en la salvación.

Pensamos que todos somos hijos de Dios, pero no es así. Somos creación de Dios, pero podemos llamarnos hijos, solo cuando hemos recibido a Jesús en nuestro corazón, creemos en Él y optamos por cambiar nuestro estilo de vida en desobediencia por uno que lo honre a través del cumplimiento de su palabra.

No tiene sentido decir que creo en Dios, cuando no se evidencia un crecimiento espiritual, ni se deja atrás aquello que nos separa de Él. Continuamos en contienda, somos ligeros al hablar, ignorámos nuestro llamado, nos mentimos a nosotros mismos y a los demás y permitimos que el enemigo siga gobernando nuestras acciones. Podemos ocultar nuestras verdaderas intenciones de los hombres, pero del Señor no, porque Él conoce absolutamente todo de nosotros y en su sabiduría nos juzga y disciplina conforme a nuestras buenas o malas decisiones.

Observa por un segundo a tu alrededor. Quizás tu vida no es lo que esperabas, tus metas y proyectos no se han cumplido, te sientes solo(a), abrumado(a) por los problemas; Dios no te falla, aún en la más densa oscuridad halla la manera de bendecirte; acércate a Él y permítele hacer su obra en ti.

Ahora bien, dos cosas puntuales que resaltar. Cuida, protege, ama y respeta a tu esposa (versículo 22), es un regalo departe de Dios; tienes el poder de bendecir o maldecir a tu familia, está en tus manos conservar lo que en amor, Él te ha dado. No todo el que dice ser amigo lo es (versículo 24), tienes la capacidad de discernir e identificar si aquel que dice serlo, te conduce a la verdad que ya te ha sido revelada o si te dirige a hacer cosas que son contrarias a la voluntad de nuestro Padre celestial, trayendo ruina a tu existencia… aprende a decir ¡NO!, a tomar medidas radicales y a evitar situaciones que comprometan tu posición de hijo frente al Señor.

Alabanza sugerida

Canción: Por mi murió – Marco Barrientos

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OREMOS

Gracias Señor, por tu gracia y misericordia para conmigo y mi familia. Sé que hago cosas que te ofenden y a diario te pido perdón sin un verdadero arrepentimiento, no puedo solo(a), necesito de tu ayuda. Reconozco que te he fallado y que me ha faltado voluntad de cambio; transfórmame y cámbiame, lléname de tu amor y sabiduría y guíame por tus caminos de justicia. No apartes tu mirada de mí. En el nombre de Jesús y bajo la unción de tu Santo Espíritu, amén.