TEXTO BÍBLICO

Isaías 53 (NVI)

“53 ¿Quién ha creído a nuestro mensaje
    y a quién se le ha revelado el poder del Señor?
Creció en su presencia como vástago tierno,
    como raíz de tierra seca.
No había en él belleza ni majestad alguna;
    su aspecto no era atractivo
    y nada en su apariencia lo hacía deseable.
Despreciado y rechazado por los hombres,
    varón de dolores, hecho para el sufrimiento.
Todos evitaban mirarlo;
    fue despreciado, y no lo estimamos.

Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades
    y soportó nuestros dolores,
pero nosotros lo consideramos herido,
    golpeado por Dios, y humillado.
Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
    y molido por nuestras iniquidades;
sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz,
    y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Todos andábamos perdidos, como ovejas;
    cada uno seguía su propio camino,
pero el Señor hizo recaer sobre él
    la iniquidad de todos nosotros.
Maltratado y humillado,
    ni siquiera abrió su boca;
como cordero, fue llevado al matadero;
    como oveja, enmudeció ante su trasquilador;
    y ni siquiera abrió su boca.
Después de aprehenderlo y juzgarlo, le dieron muerte;
    nadie se preocupó de su descendencia.
Fue arrancado de la tierra de los vivientes,
    y golpeado por la transgresión de mi pueblo.
Se le asignó un sepulcro con los malvados,
    y murió entre los malhechores,[a]
aunque nunca cometió violencia alguna,
    ni hubo engaño en su boca.

10 Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir,
    y, como él ofreció[b] su vida en expiación,
verá su descendencia y prolongará sus días,
    y llevará a cabo la voluntad del Señor.
11 Después de su sufrimiento,
    verá la luz[c] y quedará satisfecho;
por su conocimiento
    mi siervo justo justificará a muchos,
    y cargará con las iniquidades de ellos.
12 Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes,
    y repartirá el botín con los fuertes,
porque derramó su vida hasta la muerte,
    y fue contado entre los transgresores.
Cargó con el pecado de muchos,
    e intercedió por los pecadores.”

REFLEXIÓN

Jesús murió por ti y por mí

Cuando mi esposo me dejó por otra mujer, no entendía por qué debía atravesar por tal circunstancia. Pensaba que era la mejor esposa, la mejor mamá y que no merecía tanto sufrimiento. En mi proceso de restauración, le pregunté a Dios, por qué no me liberaba del dolor que sentía y el me permitió ver a través de la película la Pasión de Cristo, que Jesús, aunque tuvo miedo, se sintió angustiado y triste por la falta de reconocimiento, las humillaciones recibidas, las calumnias proferidas y el maltrato sin medida de aquellos a quienes Él amaba, se mantuvo firme en el cumplimiento de la voluntad de su Padre, confiado en que de Él recibiría una recompensa eterna que nadie podría arrebatarle.

Aprendí que sin importar lo malo que suceda a mi alrededor, los planes de Dios son mucho más altos y que ningún mortal tiene el poder de impedir que se cumplan en mi vida. Entendí que fui llamada para grandes cosas y que mis tristezas y caídas son un entrenamiento para obtener autoridad y poder ayudar a otros.

Conocí el amor verdadero en los brazos de quien reconoce en mi una mujer valiosa y he podido ver, su obra maravillosa en cada uno de los retos que he tenido que enfrentar.

El caminar de Jesús en ésta tierra me llena de valor para no desfallecer; Él me anima a continuar, a avanzar; me motiva a creer, confiar e insistir. Me da ejemplo de persistencia, me invita a luchar por mis ideales y me regala  su presencia en cada paso que doy, porque hoy ya restaurada sé, que en cada prueba hay un propósito y en cada lucha la victoria ya fue concedida, es mi actitud la que marca la diferencia.

Alabanza sugerida

Canción: El Nombre de Jesús – Redimi2

Ver video Aquí: https://bit.ly/U9C3HG

OREMOS

Gracias Jesús, porque al dar tu vida por mí me haces sentir que valgo la pena. Tu muerte no fue en vano, reconozco que moriste por mis pecados en la cruz y hoy te acepto como mi Señor y salvador personal, entregándote mi corazón por siempre y para siempre. Gracias por ver siempre lo mejor en mí. Te amo infinitamente, amén.