Texto biblico

Génesis 4:17-26 «17 Caín se unió a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc. Caín había estado construyendo una ciudad, a la que le puso el nombre de su hijo Enoc. 18 Luego Enoc tuvo un hijo llamado Irad, que fue el padre de Mejuyael. Éste, a su vez, fue el padre de Metusael, y Metusael fue el padre de Lamec. 19 Lamec tuvo dos mujeres. Una de ellas se llamaba Ada, y la otra Zila. 20 Ada dio a luz a Jabal, quien a su vez fue el antepasado de los que viven en tiendas de campaña y crían ganado. 21 Jabal tuvo un hermano llamado Jubal, quien fue el antepasado de los que tocan el arpa y la flauta. 22 Por su parte, Zila dio a luz a Tubal Caín, que fue herrero y forjador de toda clase de herramientas de bronce y de hierro. Tubal Caín tuvo una hermana que se llamaba Noamá. 23 Lamec dijo a sus mujeres Ada y Zila: «¡Escuchen bien, mujeres de Lamec! ¡Escuchen mis palabras! Maté a un hombre por haberme herido, y a un muchacho por golpearme. 24 Si Caín será vengado siete veces, setenta y siete veces será vengado Lamec.» 25 Adán volvió a unirse a su mujer, y ella tuvo un hijo al que llamó Set, porque dijo: «Dios me ha concedido otro hijo en lugar de Abel, al que mató Caín.»26 También Set tuvo un hijo, a quien llamó Enós. Desde entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor.»

Reflexión

La ciudad ideal Salimos en las mañanas, en medio del estrés que generan las responsabilidades diarias de proveer para nuestra familia, lo que necesita. El ruido excesivo, el intenso tráfico y la basura, así como el paso presuroso de cientos de personas en las calles hace la vida más complicada. Salimos de casa, para encontrarnos con el caos de una ciudad moderna y a la vez víctima de la indiferencia de aquellos que la habitamos. Al igual que Caín, debemos hacer todo lo posible, para que nuestros hijos, puedan disfrutar de un buen lugar, unir fuerzas y talentos, para conservar en buen estado aquello que con tanto esfuerzo, hemos construido, y garantizar así, que las generaciones venideras, puedan disfrutar de las bendiciones que Dios nos da. No importa el tiempo y el lugar en el que nos encontremos, cuidar la creación de Dios es nuestra responsabilidad.

Oremos

Gracias Dios, por el lugar en donde vivimos. Pedimos tu bendición para esta tierra. Perdónanos, por ser irresponsables en el cuidado de lo que nos rodea. Declaramos paz, amor, bienestar y abundancia, para ésta generación y las generaciones venideras. En el nombre de Jesús, Amén.