TEXTO BÍBLICO
SALMOS 128 (NVI)
CÁNTICO DE LOS PEREGRINOS.
“128 Dichosos todos los que temen al SEÑOR, los que van por sus caminos. 2 Lo que ganes con tus manos, eso comerás; gozarás de dicha y prosperidad. 3 En el seno de tu hogar, tu esposa será como vid llena de uvas; alrededor de tu mesa, tus hijos serán como vástagos de olivo. 4 Tales son las bendiciones de los que temen al SEÑOR.
5 Que el SEÑOR te bendiga desde Sión, y veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. 6 Que vivas para ver a los hijos de tus hijos.
¡Que haya paz en Israel!”
REFLEXIÓN
La dicha de los que temen a Dios
El temor se define como la respuesta natural del hombre ante amenazas a su seguridad o bienestar físico o emocional. Del temor se desprenden sensaciones que pueden llevarnos al límite de la angustia, ansiedad, preocupación o al pánico desmedido. En la Biblia, este concepto se complementa con actitudes de reverencia, respeto y sumisión, frente a nuestra máxima autoridad, Dios.
Cualesquiera de estos sentimientos pueden presentarse cuando el objeto de temor es el Señor y está ligado a nuestra obediencia. Pensar en hacer lo incorrecto y desagradable a sus ojos, nos debería producir un profundo miedo a las consecuencias de nuestra necedad; sin embargo, la base de nuestro cristianismo debe ser el asumir siempre, sin importar las circunstancias que estemos enfrentando, la actitud adecuada que conduce a la obediencia, la integridad y la santidad.
Nuestros valores, convicciones y conducta se rigen por la palabra de Dios, y practicarla es demostrar lealtad y adoración al Todopoderoso; al hacerlo, podemos esperar departe de Dios, bendiciones de prosperidad, abundancia, alegría y paz.
Alabanza sugerida
Canción: Tu amor es real – Twice
Ver video aquí: http://bit.ly/2omhTOS
OREMOS
Señor, te amo tanto. Soy lo que soy, gracias a ti. Mi pasado no existe más, porque me has enseñado, que cuando te tengo presente en todo lo que hago, no tengo nada de qué avergonzarme. Eres mi norte y mi sur, hacia ti decido avanzar, me perdonaste, me redimiste, me salvaste y me diste una nueva vida en Cristo que disfruto vivir. En el nombre de Jesús, te bendigo y te alabo, amén y amén.