Estoy refiriéndome al miembro de nuestro cuerpo, tan pequeño, pero tan poderoso. La lengua la usamos para: Masticar, saborear, alimentarnos y para hablar. «Que problema tan pequeño tenemos con la lengua» Esta es nuestra carta de presentación.
“Lo que hay en tu corazón es lo que escuchamos de tu boca”. (Proverbios 12:18)
Según los grandes conocedores dicen que todos sin importar la edad, influimos mínimo en 8 personas. ¿Cómo estás influyendo en los que te rodean? Animando = Dando vida o Desanimando = Dando muerte.
En nuestro hogar: « La manera como hablamos a nuestros hijos, los marca por el resto de sus vidas» tenemos que saber decirles, que las acciones son las que nos desagradan y no nuestros hijos. A veces escuchamos decir cosas como estas:
– ¡Mi Hijo es un malcriado! Si es malcriado… ¿Quién lo malcrió?
– ¡Mi hijo es un maleducado! Si es maleducado… ¿Quién lo está maleducando?
Somos los padres los que producimos hijos Malcriados. «Porque ellos copian todo lo que hacemos» A nuestros hijos debemos corregirlos con amor y decirles que el comportamiento que están teniendo no corresponde con la buena persona que él es. Debemos afirmarlos con palabras como: Eres un hijo de Dios creado con propósito y confiamos en que ese mal comportamiento cambiará.
Nuestras palabras son tan importantes que es necesario pensar lo que vamos a decir, porque por ellas se han encendido grandes guerras. “Siempre una guerra comienza por una palabra” (Santiago 4:1-2)
¿Qué hacemos con esta lengua y cómo podemos controlarla?
Dios nos ha dejado herramientas para poder vencer el lado malo de la lengua y procurar todos los días tener cuidado de ella. El dominio propio es una y la sabiduría es otra de ellas. ¿Qué estamos hablando? nos hemos puesto a pensar que nuestras palabras son de impacto y pueden ser de vida o de muerte.
No podemos ignorar que tendremos que dar cuentas a Dios de toda palabra que haya salido de nuestra boca. Cuidémonos al hablar.
Cuidemos lo que estamos hablando. Cuidemos nuestro corazón y dejémonos guiar por el Espíritu de Dios.
Hablemos cosas buenas, sabias, demos testimonio de lo que Dios está haciendo y cómo está obrando en nuestras vidas. Porque de lo contrario estaremos cada día en peligro de lastimar a otro de tener problemas, destruir vidas y matar con nuestras palabras.
Las buenas noticias es que no estamos solos, Dios está con nosotros cuidándonos y ayudándonos a través de su Espíritu Santo, para poder ser testimonio de impacto en un mundo de maldad. Atraigamos la presencia de Dios con nuestras palabras.
Que tengas un buen día y recuerda brillar hoy con tus palabras.
Bendiciones;
Escrito por Luz Fary Gamboa Díaz, Pastora Iglesia Sin Fronteras (Montreal – Canadá) para www.conectadosconcristo.com