“Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará”
(2 corintios 9:6 NVI)
En Colombia se le enseña a los hombres, que por nada del mundo deben llorar. Con ésta acción se pone en entredicho su hombría y se les niega abiertamente la posibilidad de dar a conocer sus emociones, obligándolos a reprimir sus sentimientos. Creemos que son de hierro y en realidad no son de palo, en algunas ocasiones necesitan ser animados, afirmados y validados.
Para nuestros esposos es una necesidad sentirse admirados y es en éste punto, en donde el poder de la Palabra es nuestro principal aliado. Existen palabras que edifican y otras que destruyen y nuestra lengua es artífice tanto de la vida como de la muerte y si tu deseo es destruir tu hogar, no necesitas utilizar tus manos para lograrlo, es solo abriendo la boca que puedes echar abajo lo que con tanto esfuerzo hayas construido.
El hombre que es honrado y animado en su hogar es el que tiene confianza para ser el mejor fuera de su casa; la mujer de los sueños de su esposo, es de noble carácter, mantiene su feminidad, lo hace sentir especial y evita competir con él. ¿Te esfuerzas por hacerle ver que eres mejor que él en muchas cosas?¿cómo te refieres a él cuando estás frente a otras personas?¿hablas en positivo o le recuerdas constantemente sus defectos?
Sembrar crítica y sarcasmo, trae graves consecuencias a nuestro matrimonio. El primer efecto es la indiferencia, seguido por la frialdad y el desprecio; abrimos una grieta gigante para que el enemigo se aproveche de nuestras debilidades. Si eres grosera, altanera, arrogante y tienes cara de puño todo el tiempo, no se te haga raro que con la primera palabra suave, sonrisa amable y muestras de afecto y admiración de otra mujer, él se vea envuelto rápidamente en una situación de adulterio que puede terminar en divorcio.
Amiga, ¡despierta! vale la pena luchar por tu matrimonio, apóyalo, exprésale cuanto lo amas y lo necesitas. Si deseas que tu hombre cumpla con todas tus expectativas, examina lo que has sembrado en su corazón; aún estás a tiempo para rectificar, para marcar la diferencia y para poner tu inteligencia a prueba.
Con éste, son 9 escritos dirigidos a transformarte en la mujer de los sueños no de cualquier hombre, sino del tuyo; de aquel que fue puesto en tu camino por Dios para protegerte, cuidarte y deleitarse en con tu presencia. Tienes que hacer tu parte para edificar tu futuro junto a él: orar, respetarlo, amarlo, ser su amiga, salvaguardar tu matrimonio y animarlo es tu deber y la cuota inicial para adquirir verdadera felicidad, ¡nunca lo olvides!
“Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados. Practiquen la hospitalidad entre ustedes sin quejarse. Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas. El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios; el que presta algún servicio, hágalo como quien tiene el poder de Dios”
(1 Pedro 4:8-11 NVI)
Escrito para www.conectadosconcristo.com por Lilo de Sierra