TEXTO BÍBLICO

“Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?.”

(Mateo 6:25-27 NVI)

REFLEXIÓN

¿Qué es eso que en estos momentos no te deja dormir tranquilo(a)?, ¿finanzas?, ¿salud?, ¿relaciones?, ¿trabajo?, ¿estudio?, ¿tus hijos?. Te sientes abrumado(a) por las preocupaciones y la incertidumbre te mantiene conectado(a) con tus problemas. Confrontemos estas emociones con la palabra de Dios y dejemos que sea Él quien nos brinde una salida y nos muestre el paso a seguir.

Lo primero que el Señor nos muestra es el valor inmenso que tenemos para Él. Somos sus hijos amados y como el buen papá que es, suplirá nuestras necesidades y hará lo necesario por nuestro bienestar. Nos invita a descansar en Él e intentar dejar de lado esas situaciones que además de robarnos la paz, pueden acarrear problemas de salud causados por el estrés.

La raíz de la preocupación es el temor y este, no proviene de Dios. El Señor nos ha dado un espíritu de poder, de amor y de dominio propio (2Timoteo:1-7 NVI) para vencer todo aquello generado por el miedo. Nos ordena ser fuertes y valientes ante las vicisitudes de la vida. Vivir y disfrutar cada día, cada regalo que Él nos concede a diario. El enemigo pretenderá mentirte, desanimarte y convencerte de morir en el intento de salir adelante, pero Dios nos ha dado la victoria.

La preocupación nace en nuestra mente. El enemigo lanza sus dardos y debemos estar listos para contrarrestar sus ataques con la verdad. Es imperante no permitir que ese pensamiento se vaya arraigando, creciendo y echando raíz en nuestra mente y corazón. Reemplacemos esos pensamientos negativos en positivos. Confiemos en que pase lo que pase, el propósito que el Señor ha trazado para nosotros se cumplirá y lo que Él ha dicho que pasará, así será (Isaías 46:9-10 NVI).

Aferrarnos a Él, nos llena de esperanza; sin embargo, no se trata de descargar en Él todas nuestras responsabilidades. Él hace su parte, pero nosotros debemos hacer lo que nos corresponde hacer (Filipenses 2:13 NVI): no descuidar nuestras disciplinas espirituales (Hebreos 10:25 NVI); revestirnos con su armadura poderosa (Efesios 6:10-18 NVI); actuar prudente y sabiamente (Proverbios 22:3 NVI); ser buenos administradores de los recursos que nos da (1 Pedro 4:10-12 NVI); ser generosos (2 Corintios 9:11-15 NVI); procurar el bien de otros (Gálatas 6:9-10 NVI); ser pacificadores en nuestro hogar y fuera de el (Mateo 5:9 NVI); ocupar bien nuestro tiempo (Eclesiastés 3 NVI); usar nuestros talentos, capacitarnos; bendecir y no maldecir (Santiago 3:9-10-11 NVI); calmarnos, Él es Dios (Salmos 46:10 NVI); es quien nos ayuda, marcha frente de nosotros y nunca nos dejará ni nos abandonará (Deuteronomio 31:8 NVI).

 

Alabanza sugerida

Canción: Grande y poderoso – Esperanza de Vida

Ver video aquí: https://acortar.link/dR9UqB

OREMOS

Señor me siento ahogado(a) en mis preocupaciones, necesito de tu ayuda y de tu paz. (Cuéntale lo que hoy ocupa tu mente). Tus planes son más altos que los míos y tú eres el único que conoce mi futuro. Examina mi corazón, trabaja en mí, no me sueltes, enséñame y déjame ver tu propósito para mi vida. Necesito escucharte y que me recuerdes que si estoy contigo nada debo temer y que todo estará bien, si permanezco bajo tu sombra. Te amo. En el nombre de Jesús, amén.