TEXTO BÍBLICO
Eclesiastés 2 (NVI)
“2 Me dije entonces: «Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la gran vida». ¡Pero aun esto resultó un absurdo! 2 A la risa la considero una locura; en cuanto a los placeres, ¿para qué sirven?
3 Quise luego hacer la prueba de entregarme al vino —si bien mi mente estaba bajo el control de la sabiduría—, y de aferrarme a la necedad, hasta ver qué de bueno le encuentra el hombre a lo que hace bajo el cielo durante los contados días de su vida.
4 Realicé grandes obras: me construí casas, me planté viñedos, 5 cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales. 6 También me construí aljibes para irrigar los muchos árboles que allí crecían. 7 Me hice de esclavos y esclavas; y tuve criados, y mucho más ganado vacuno y lanar que todos los que me precedieron en Jerusalén. 8 Amontoné oro y plata, y tesoros que fueron de reyes y provincias. Me hice de cantores y cantoras, y disfruté de los deleites de los hombres: ¡formé mi propio harén![a]
9 Me engrandecí en gran manera, más que todos los que me precedieron en Jerusalén; además, la sabiduría permanecía conmigo. 10 No les negué a mis ojos ningún deseo, ni privé a mi corazón de placer alguno. Mi corazón disfrutó de todos mis afanes. ¡Solo eso saqué de tanto afanarme!
11 Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida.”
REFLEXIÓN
La vida loca
En 1999 se hizo muy famosa una canción de Ricky Martin llamada “Vive la vida loca”, a la gente le gustaba bailarla y tararearla como si fuera un gran himno. Al analizar su letra, nos damos cuenta que entregarnos al desenfreno y a los afanes del mundo, es realmente un absurdo y nos enceguece a tal punto, que repetimos barbaridades como si nuestra voluntad no dependiera de Dios, sino del azar, la mentira y la lujuria.
La canción habla de lo oscuro, de la no salvación del hombre, de una persona entregada a cosas como la brujería, la hechicería; el infierno como premio final, por dejarse arrastrar de manera demencial por los placeres de la vida; pero también indica el intenso dolor que esto acarrea al ser humano.
En términos legalistas, quizás ustedes me dirán, por qué trato de explicar la Biblia con algo tan mundano como una canción de un “no cristiano”; traigo a colación esto tan sencillo, dando validez a lo expresado por Salomón. En lo cotidiano se nos pretende convencer que debemos hacer todo lo que queramos porque vida solo hay una y hay que disfrutarla. Afirman que no debemos poner límites a los deseos de la carne para ser felices y que acumular grandes riquezas es el propósito de trabajar sin descanso o de ceder ante la ilegalidad para saciar nuestra ambición.
Aferrarse a la necedad, jamás ha sido el plan de Dios para nosotros y ser en extremo legalistas tampoco. Sí, nos dio una única vida, para que seamos felices en ella; pero honrándolo a Él con total equilibrio. Todo tiene una explicación desde su perspectiva. Si abusas del alcohol o las drogas, te auto destruyes; si te entregas a la inmoralidad sexual, puedes adquirir una enfermedad de transmisión sexual, enfrentar un embarazo no deseado o traer ruina a tu hogar; sino tienes organizadas tus prioridades, no podrás dar el fruto esperado por el Señor; si vas caminando sin rumbo fijo y sin dirección, no podrás sentirte plenamente realizado; si tomas decisiones sin preguntarle a Dios que piensa Él al respecto, seguramente los resultados serán nefastos y sino lo son y alcanzas un aparente éxito, éste será efímero y temporal.
Dios te da opciones, pero quién elige eres tú. El mundo nos ofrece destrucción, un futuro incierto y la muerte espiritual. Una vida en comunión con Dios, nos asegura eternidad, felicidad, amor y abundante paz… no se tú, pero por lo que a mi respecta, me quedo con la segunda.
Alabanza sugerida
Canción: Tan solo he venido – Juan Luis Guerra
Ver video aquí: https://bit.ly/2ILjlEe
OREMOS
Señor, he desperdiciado mi vida en cosas que no tienen sentido ni trascendencia alguna para mí. En ocasiones he causado daño a otros y otras veces, me he entregado al dolor de vivir separado(a) de tu presencia. Perdóname. Gracias por amarme, rescatarme de la locura y darle un nuevo sentido a mi existencia, sé y tengo claro, que separado(a) de ti, nada puedo lograr. En el nombre de tu hijo amado Jesús, declaro victoria en éste día, amén.