TEXTO BÍBLICO

“Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro”.

 (Efesios 4:15 NVI)

REFLEXIÓN

Dos de las metas más importantes para todo cristiano, son alcanzar la madurez espiritual y vivir en total libertad. Al morir en la cruz, Jesús nos otorgó el poder y autoridad para romper con todo aquello que nos esclaviza a una vida infructuosa y en derrota.

Al ser seguidores de Cristo es nuestro deber cambiar nuestro estilo de vida a uno que lo enorgullezca y lo honre. Se trata de parecernos a Él en todas las dimensiones posibles, hablar con amor y llevar a la práctica lo aprendido a través de su palabra. De nuestra coherencia depende nuestra madurez y de esa madurez se deriva la tan anhelada libertad.

Hemos sidos grandemente bendecidos. Reconocer en lo que consideramos común la mano poderosa de Dios, es un reto. Si tienes salud, un trabajo estable, un(a) esposo(a) que es fuente de bien para ti, unos hijos maravillosos, una familia unida, una iglesia sólida en dónde congregarse y amigos que te apoyan, eres una persona privilegiada. 

Satanás intentará desvirtuar lo anteriormente mencionado. Él es el enemigo más despiadado que podríamos llegar a tener. Lanzará dardos de confusión, decepción, desánimo y frustración y es tu responsabilidad descubrirlo, dejarlo en evidencia y negarle la entrada a tu vida con la vehemencia y firmeza que se requiere, para hacer que salga huyendo para nunca más volver a molestarte.

La madurez cristiana requiere un cambio radical en nuestras prioridades. Si somos perseverantes, en el proceso fortaleceremos nuestra relación personal con Dios. Efectivamente dejaremos atrás todo aquello que obstaculice nuestro avanzar en el Señor, seremos revestidos de la fuerza y dignidad que cubre nuestro linaje celestial, veremos lo positivo en medio de las puebas, no permitiremos que nos roben el gozo, tendremos conciencia de nuestros pensamientos, acciones y decisiones y aprenderemos a hablar con sabiduría; con todo esto, es claro que son muchos más los beneficios que obtendremos al actuar conforme a su voluntad, que al dejarnos distraer por el mundo para obtener dádivas vacías de satisfacciones efímeras y temporales.

OREMOS

Amado Dios, protégeme del mal. En el nombre de Jesús anulo toda acción del enemigo sobre mi vida y la de mi familia. Soy vencedor(a) en Cristo. Gracias por el privilegio que me das de ser tu hijo(a), por darme la libertad para amar, perdonar, ser yo mismo(a), hablar de tu grandeza, bendecir a otros y vivir feliz. Te amo y me aferro a tu verdad y tus promesas. En tu Santo nombre, amén.