TEXTO BÍBLICO
Eclesiastés 1:1-11 (NVI)
Discurso inicial
“1 Estas son las palabras del Maestro,[a] hijo de David, rey en Jerusalén.
2 Lo más absurdo de lo absurdo,
—dice el Maestro—,
lo más absurdo de lo absurdo,
¡todo es un absurdo!
3 ¿Qué provecho saca el hombre
de tanto afanarse en esta vida?
4 Generación va, generación viene,
mas la tierra siempre es la misma.
5 Sale el sol, se pone el sol,
y afanoso vuelve a su punto de origen
para de allí volver a salir.
6 Dirigiéndose al sur,
o girando hacia el norte,
sin cesar va girando el viento
para de nuevo volver a girar.
7 Todos los ríos van a dar al mar,
pero el mar jamás se sacia.
A su punto de origen vuelven los ríos,
para de allí volver a fluir.
8 Todas las cosas hastían
más de lo que es posible expresar.
Ni se sacian los ojos de ver,
ni se hartan los oídos de oír.
9 Lo que ya ha acontecido
volverá a acontecer;
lo que ya se ha hecho
se volverá a hacer
¡y no hay nada nuevo bajo el sol!
10 Hay quien llega a decir:
«¡Mira que esto sí es una novedad!»
Pero eso ya existía desde siempre,
entre aquellos que nos precedieron.
11 Nadie se acuerda de los hombres[b] primeros,
como nadie se acordará de los últimos.
¡No habrá memoria de ellos
entre los que habrán de sucedernos!”
REFLEXIÓN
Lo absurdo de la vida
Una vida sin Dios, carece de propósito. Sin Él navegamos a la deriva, sin una meta clara; con Él podemos llegar a puerto seguro y sentirnos plenos y realizados. Todo en ésta vida es un absurdo y si nos entregamos a los afanes de éste mundo, nuestros esfuerzos por alcanzar la verdadera felicidad, serán infructuosos e ineficaces.
Un cristiano maduro espiritualmente, entiende que el ayer ya no existe más desde el momento mismo, que tomó la decisión de obedecer, creer, confiar y cumplir la voluntad del Señor; sin embargo, en ocasiones es necesario mirar atrás, para poder diferenciar claramente, lo que significa una vida sin Dios y una con Él.
En nuestro caminar sin Dios, todo carecía de sentido; no dábamos fruto perdurable en ninguna área; la soledad, la tristeza, la desesperanza, la monotonía nos agobiaba. Algunos pensamos en algún momento incluso, quitarnos la vida; otros simplemente no tenían claro su futuro y por ello no se esforzaban por salir de ese círculo vicioso que los atrapaba entre vicios, lujuria, inmoralidad, la ilegalidad, la ambición y el infortunio.
Olvidamos con mucha facilidad y rapidez, lo que el Señor ha hecho por nosotros y permitimos que comportamientos antiguos gobiernen nuestras decisiones en el presente. Hemos sido hechos nuevos, renovados en cuerpo, mente, corazón y espíritu. Nuestra voluntad depende de un Dios generoso, amoroso, perdonador y comprometido con nuestro bienestar. Somos nosotros los que decidimos ser selectivos y acudir a Él, únicamente cuando tenemos una necesidad apremiante de ver cumplido algún deseo egoísta.
Nuestra relación personal con el Señor, debe ser fortalecida. Nuestras pruebas enfrentadas con valentía. Vivir por Él, con Él y para Él. Dejar de afanarnos por lo absurdo, lo temporal e intrascendente; experimentar su paz en total plenitud y permitirle hacer de nosotros, personas exitosas con miles de coronas en el cielo, como resultado de nuestro paso por ésta tierra.
Alabanza sugerida
Canción: Precioso Jesús – Esperanza de vida
Ver video aquí: https://bit.ly/2IHvw11
OREMOS
Señor, hoy puedo mirar atrás y mis heridas ya no sangran. Has hecho de mí una persona más fuerte que ayer, con un propósito claro y un plan maravilloso que cumplir. Gracias, por tu infinito amor, por tus promesas, por sanarme y por estar junto a mí, cuando más lo he necesitado. Te amo profundamente y no concibo un día de mi vida sin ti. En el nombre de Jesús, te bendigo, te alabo y exalto tu nombre; amén.