Texto Bíblico
Éxodo 36: 1 – 7 (NVI)
Bezalel y Aholiab
36 »Así, pues, Bezalel y Aholiab llevarán a cabo los trabajos para el servicio del santuario, tal y como el SEÑOR lo ha ordenado, junto con todos los que tengan ese mismo espíritu artístico, y a quienes el SEÑOR haya dado pericia y habilidad para realizar toda la obra del servicio del santuario.» 2 Moisés llamó a Bezalel y a Aholiab, y a todos los que tenían el mismo espíritu artístico, y a quienes el SEÑOR había dado pericia y habilidad y se sentían movidos a venir y hacer el trabajo, 3 y les entregó todas las ofrendas que los israelitas habían llevado para realizar la obra del servicio del santuario. Pero como día tras día el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias, 4 todos los artesanos y expertos que estaban ocupados en la obra del santuario suspendieron su trabajo 5 para ir a decirle a Moisés: «La gente está trayendo más de lo que se necesita para llevar a cabo la obra que el SEÑOR mandó hacer.» 6 Entonces Moisés ordenó que corriera la voz por todo el campamento: «¡Que nadie, ni hombre ni mujer, haga más labores ni traiga más ofrendas para el santuario!» De ese modo los israelitas dejaron de llevar más ofrendas, 7 pues lo que ya habían hecho era más que suficiente para llevar a cabo toda la obra”.
Reflexión
Manos a la obra
Las personas que conozco y han sido dotadas con la “vena artística”, son individuos sensibles, amorosos, perfeccionistas que optimizan al máximo sus materiales y son comprometidos con todo proyecto que emprenden. Realmente los admiro, porque traducir la belleza del mundo, lo que perciben, siguiendo un patrón de estilo único, dándoles su toque especial a un cuadro al óleo, una escultura, un tallaje de madera, una canción o un poema, entre otras cosas, requiere de un esfuerzo superior y se constituye en un don que sólo pudo ser dado en un momento de éxtasis del Señor, cuando decidió colocar en ellas éstas características.
Por supuesto no demerito el trabajo de los que no tenemos tan desarrollado esos talentos, pues a todos nos fueron dados dones con propósitos diferentes e igual de importantes para la obra de nuestro Padre celestial.
Me encanta la actitud colaborativa del pueblo de Israel. Dijo el Señor a través de Moisés “manos a la obra” y no dudaron en aportar todo lo que tenían con un corazón alegre, para llevar a cabo la encomienda de Dios. Los artesanos, evaluaban constantemente su trabajo, revisaban que la planeación previamente realizada se cumpliera y estuvieron siempre concentrados en no dejar ningún detalle al azar.
Amigos, siempre hay algo por hacer en el mundo, para eso estamos aquí, Dios nos ha llamado a participar activamente en impactar el lugar que nos rodea, pero ¿Cómo es tu actitud? ¿Lo que haces es suficiente o crees que puedes dar más? ¿te quejas y criticas a aquellos que intentan hacer algo? o aportas con las habilidades y la pericia que el Señor ha puesto en ti?…la respuesta solo la conoces tú y es una invitación a que a partir de hoy, seas el principal activista de la transformación que el Señor quiere para la sociedad actual.
Oremos
Bendito Padre celestial, gracias por mis dones y talentos. Despierta en mí ese ímpetu que necesito para cambiar mi mundo en tu nombre. Gracias por darme el privilegio de participar activamente del plan maravilloso que tienes para nosotros. Te amo Dios y no te defraudaré, daré lo mejor de mí para que te sientas orgulloso de mi ofrenda de servicio. En el nombre de Jesús, amén.
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