Como psicólogo, una práctica frecuente y fundamentada en las teorías de la psicoterapia, es una revisión de acontecimientos del pasado. En la práctica de la consejería no varía esta perspectiva, debido a que en el pasado podemos hallar respuestas o la génesis de problemas, espirituales, físicos o mentales de muchas personas.

Sin embargo, y pese a la relevancia de revisar en el pasado, podemos incurrir en el error de llevar a una persona a un desafortunado estado en el cual pierda la esperanza, si permitimos que se quede anclado allí.

La experiencia vivida por algunas personas en la Biblia nos muestra que mirar atrás de forma detallada es en algunos casos necesario. Sin embargo, plantea la necesidad de ver más allá; postura que puede modificar significativamente la forma en la cual evaluamos y superamos una situación problemática.

El ministerio de Cristo estuvo fundamentado en la necesidad de salvar a la humanidad, a través de su sacrificio en la cruz del calvario. Desde esa perspectiva, es nuestro Dios quién desde un principio ve la necesidad de ver más allá de nuestro propio pasado y plantea un gran futuro en el cielo.

Dios no se sienta a revisar tu pasado por años, hasta que decida aprobar si estás listo para recibirle; por el contrario, Jesús invitó a todos de forma inmediata para que le siguieran y nacieran de nuevo. Desde esta perspectiva, nacer de nuevo (del Espíritu) es una decisión que viene tras aceptar a Cristo en nuestra vida y está acompañado de la siguiente promesa: “[…] para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna […]“  (ver Juan 3:1-16).

Sumado a las palabras de Cristo, el aposto Pablo en la segunda carta a los Corintios resalta la importancia de unirnos al Maestro, lo que también trae otra buena consecuencia, la desaparición de lo viejo….

“Si alguien está unido a Cristo, hay una nueva creación. Lo viejo ha desaparecido y todo queda renovado.”  2 Corintios 5:17 – PDT

Creer que “[…] lo viejo ha desaparecido […]” es un acto de fe que trasforma la vida de las personas, y les permite considerar el futuro, o la solución de un problema, bajo una nueva perspectiva. Pese a ello, aunque Cristo ya ha perdonado los pecados que hemos confesado y de los cuales nos hemos apartado, algunos de nosotros podemos insistir en tener un retrovisor permanente.

Ahora bien, ¿es necesario dar una mirada al pasado? En cierta medida, y con sabiduría, creo que es importante, debido a que nos ayuda a poner algunos asuntos en perspectiva, contribuye a aceptar que Dios ha estado a nuestro lado, y que apartados de El nada podíamos hacer. También es una forma en la cual podemos estar delante de Dios con humildad y expresar a su vez nuestra dependencia de Él.

En aquellos pasajes en los cuales Jesús miró atrás en la vida de una persona fue para encaminarlo hacía una reflexión de vida. Algunos entendieron el mensaje, pero no aceptaron el llamado (como el joven rico descrito en Marcos 10:17-22).

En el caso de la mujer samaritana, Jesús confronta a la mujer con su pasado, “[…] porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad.” Pero el Maestro no se queda allí, inquieta la mente de esta mujer…

Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.  Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.” Juan 4:25-26 – RV60

 

Se reveló a esta mujer como el Mesías (el Salvador enviado por Dios) y no permitió que esta mujer partiera sin inquietar de alguna forma su vida:

“Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?” (Juan 4:29 – RV60)

Eso es lo que hace Cristo en tu vida, te busca, te inquieta y te responde; acompañado por El podrás dar un vistazo a tu pasado, y en medio de una relación con el Salvador hallarás la respuesta que buscas, encontrarás lo que necesitas para llenar tus vacíos, renovarás tu mente y sanarás tus heridas.

Ten presente que Jesús siempre tendrá una palabra a través de la cual serás restaurado y con tiempo restituirá aquello que te fue arrebatado.

Hoy es el momento de ser transformado.

¡Hoy te bendigo!

Escrito por Jonathan González – @achristian_walk – para www.conectadosconcristo.com