TEXTO BÍBLICO

Proverbios 30:12-15 NVI

“12 Hay quienes se creen muy puros,
pero no se han purificado de su impureza.
13 Hay quienes se creen muy importantes,
y a todos miran con desdén.
14 Hay quienes tienen espadas por dientes
y cuchillos por mandíbulas;
para devorar a los pobres de la tierra
y a los menesterosos de este mundo.

15 »La sanguijuela tiene dos hijas
que solo dicen: “Dame, dame”.

REFLEXIÓN

Mis actitudes, me definen

Existen básicamente 4 tipos de personas que entristecen a Dios con sus actitudes. Los que se creen puros, los arrogantes y orgullosos, los violentos y groseros y los codiciosos. Analizaremos cada uno de ellos así:

Aquellos que se creen puros y perfectos, pero en su interior albergan pecado, aparentan ser buenas personas, pero hay maldad en su corazón; hacen daño a los demás y se ensañan con su mal comportamiento, hasta el punto de causar dolor a quien es su víctima; se cree verdugo y juez y piensa que Dios lo aprueba solo por ser hijo suyo; se escuda en que está en proceso de moldeamiento y cree en su propia opinión, que como Dios nos perdona no tiene en cuenta sus acciones necias y crueles; piensa de manera absurda que obtendrá redención, sin condiciones. No existe quien haga sufrir a un hijo del Señor, que no sea disciplinado fuertemente por su desobediencia; tarde o temprano recibirá recompensa por su actos, aunque es real que a él también lo ama; Dios es fiel y su justicia jamás llega tarde.

Los arrogantes, altivos y orgullosos, aquellos que se creen superiores y a todos miran con desprecio, poco valor y sin respeto. Éste tipo de actitudes se constituyen en rebeldía, nos apartan de la voluntad de Dios y nos hacen ciegos, sordos y mudos a su corrección. Éste tipo de personas, viven atormentados, no reconocen sus errores y culpan a los demás por ellos; guardan rencor en su corazón y exigen vindicación por cada ofensa o cosa que les disgusta; es vengativo, no perdona y es insensible. En donde no hay amor, no está Dios; al deshonrar a Dios con éste tipo de actitudes, no será reconocido por Él a menos de que demuestre verdadero arrepentimiento.

De lo que siembres, eso mismo cosecharás. Si eres violento y grosero, recibirás una cosecha de odio, rechazo y desprecio de quienes te rodean. Al sembrar terror, intolerancia e intransigencia, le das permiso al diablo para que gobierne tu vida. Un espíritu violento, es esclavo de sus insatisfechos deseos; nada justifica la violencia. Se necesitan hijos de Dios dispuestos a ceder, ser fuertes y valientes para evitar la confrontación y que luchen por mantener la comunión con el Señor, para salvaguardar así su existencia en total libertad.

Los codiciosos que anhelan lo que no tienen y desprecian lo que ya les ha sido concedido. Tanto ignoran la obra de Dios, que el Señor apartará su mirada de ellos. No son agradecidos y se concentran en acumular riquezas, bienes, posesiones u objetos de alto valor en la tierra, que no tienen mayor significado en el cielo; pierden tiempo precioso en lo que nunca trascenderá en la eternidad.

No sé si alguna de estas clasificaciones se ajuste a lo que tú eres. Solo puedo decirte que aun estás a tiempo para recibir al Señor en tu vida y decidir servirle con integridad. La verdadera conversión, se traduce en amor, honestidad y verdad. Reflexionar y cambiar, es lo que hace de ti, una joya valiosa para nuestro Padre celestial.

Alabanza sugerida

Canción: Un corazón – Eterna luz

Ver video aquí: https://bit.ly/2wn23rz

OREMOS

Amado Señor, reconozco delante de ti mi pecado y te pido que limpies mi interior de toda raíz de maldad, soberbia, violencia y codicia. Necesito de tu fuerza y sabiduría para marcar la diferencia. Te amo y quiero adorarte y honrarte con mi comportamiento, solo que aveces no sé cómo hacerlo; enséñame e instrúyeme, muéstrame el camino y dame paz. En el nombre de Jesús, amén y amén.