“Su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios”.
(1 Pedro 3:4 NVI)
Hace unos meses, vi sobre el stand de una librería, un libro de la escritora Elizabeth George titulado “El llamado supremo de la mujer”, el cuál captó mi atención de inmediato, teniendo en cuenta que, en la búsqueda que he iniciado por convertirme en la esposa ideal y merecida por mi esposo, era necesario entender el plan de Dios para mi vida y lograr cambiar el caos, el desorden y la falta de dominio propio que me han caracterizado durante nuestros seis años de matrimonio. Hasta ese momento, la palabra piadosa era desconocida para mí e ignoraba el poder que su significado podía llegar a tener, en el camino de la estabilidad, amor y paz comenzado tiempo atrás.
Pero ¿Qué hace una mujer piadosa? ¿Cómo actúa? ¿Qué hay en ella que la hace diferente a las demás?, ¿Podría yo llegar a ser una de ellas?…son las preguntas que invadían mi mente, mientras hojeaba las 283 páginas, decidida a descubrir el llamado supremo que el Señor nos ha hecho a cada una de nosotras…sus mujeres amadas y consentidas.
En Isaías 54:5, Dios se proclama nuestro esposo y un poco más adelante, padre de nuestros hijos, proveedor y protector. Si le creyéramos, sería mucho más fácil hacer lo que como esposas hemos sido llamadas a hacer, porque cada acción estaría dirigida a agradarle a un Dios soberano que se preocupa por nuestro bienestar.
Lo que guardamos en nuestro corazón, afecta nuestro comportamiento. Es inevitable reaccionar de una manera inapropiada cuando nos han ofendido, golpeado, maltratado o abandonado; pero se puede llevar una vida en santidad y en adoración para exaltar al único que puede cambiar el rumbo de nuestro destino.
No podemos ser piadosas sin moderar nuestro comportamiento. Hacer lo apropiado, adecuado y conveniente ante los ojos de Dios, es tener claro que cuando atendemos nuestro hogar le estamos sirviendo al Señor. Adicionalmente, debemos desarrollar ciertas disciplinas espirituales que nos ayudarán a alcanzar nuestro propio potencial espiritual.
Los pasos a seguir para llevar una vida en reverencia son:
- Ora: Entre más oremos, más consientes estaremos de su presencia en nuestras vidas.
- Alaba: Lee un salmo en voz alta cada día, escucha música cristiana de adoración.
- Reflexiona: sobre los atributos de Dios, tus promesas, tu llamado.
- Valora: Has sido escogida por el Señor para grandes cosas. Deja de compórtate como una adolescente inmadura, arranca de ti el sarcasmo, las payasadas, las bromas, el vocabulario irreverente.
- Planea: Actuar de tal manera que otros se sientan atraídos a la adoración; que tu vida y tus elecciones le hablen a los demás del Dios de amor que gobierna tus decisiones.
Para nadie es un secreto que queremos sentirnos amadas y apreciadas. Dejar ese estado de invisibilidad en el que muchas veces nos encontramos, pero puedo asegurarte que brillar es mucho más fácil, si tenemos a Jesús en nuestro corazón, y al reflejarlo, nadie podrá resistirse al encanto que caracteriza a una mujer piadosa, regida por el poder de Dios.
Éste reto no es fácil, tendremos que dejar hábitos de nuestra personalidad que no son tan agradables como pensamos; creencias como aquella que a diario nos repetimos ‘así somos y así nos tienen que aguantar’ o el famoso ‘si no le gusta pues que se consiga otra’; porque si en realidad lo amas, quieres ser feliz y deseas ser una mujer virtuosa, deberás actuar para llegar a ser una nueva persona esforzada, valiente, y decidida a ser tu mejor versión.
De la mano de tu hacedor puedes hacer ese cambio de look espiritual que tanto necesitas, Él no te fallará, te respalda y apoya en tus intenciones y verás resultados positivos rápidamente, además no estás sola, como tú, lo intentará también ésta servidora y muchas mujeres alrededor del mundo que anhelan alcanzar su realización personal y profesional; basadas en lo real, lo verdadero y lo perdurable, la belleza que emana de nuestro interior, en donde está Cristo.
“A las ancianas, enséñales que sean reverentes en su conducta, y no calumniadoras ni adictas al mucho vino. Deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la palabra de Dios”
(Tito 2:3-5 NVI)
Hola, te quiero agradecer por tu post, de verdad que ha sido de total bendicion. Yo estoy casada aunque actualmente separada, tengo dos ninos y casi seis anos de casada. Mi esposo se fue de la casa y buscando en el internet sobre Restauracion Matrimonial encontre tu post y de una vez me indentifique contigo porque cometi todos los errores que tu cometiste. Soy professional, contable y me puedo mantener y mis hijos. Eso me dio alas para no aguantarle nada a mi esposo. Le gritaba, lo insultaba, le decia todo lo que me daba la gana, no lo respetaba etc todo en el nombre de «quien es el para tratarme asi». Si el me hizo muchas cosas y el enemigo me convencio de que yo tenia todo el derecho de humillarlo, despreciarlo, insultarlo. Puse a Dios a un lado y decidi defenderme yo y vengarme yo de mi esposo con mi desprecio y falta de respeto y buscando cualquier excusa para discutir. Se canso y se fue. En este proceso vine corriendo desesperada a buscar a Dios para que me ayudara y me quitara el dolor de mi Corazon por el abandono de mi esposo. Le he pedido perdon a Dios muchas veces por ponerlo a un lado, destrui mi hogar con mi boca y mis palabras en vez de dejar a mi esposo y lo que hacia en las manos del Senor. Fui desobediente con el Senor tambien porque no segui los consejos y ordenes que me da en las escrituras. Hice un desastre de las cosas y ahora mi esposo actua como que nunca existi para el y le dice a todos que nunca volvera conmigo. Pero yo se que para el Senor no hay nada imposible siempre y cuando lo ponga a El en primer lugar y lo busque con un Corazon humilde y honesto. Al principio vine llorando al Senor para que me devolviera mi esposo. Pero en le proceso me he dado cuenta de cuanto amo y extranaba a mi Dios y que nada ni nadie debe ser mas importante que el en mi vida y que nadie me va a amar y cuidar como El. Atentamente una mujer que se vio en el espejo atravez de tus palabras y le de toda la gloria a Dios porque todos los dias le pido que me cambie y me conforme a la imagen de mi Senor Jesucristo y que me ayude a traerle gloria con mi vida. Que Dios te siga bendiciendo.
Lina, muchas gracias por tus palabras. Las dos hemos vivido un proceso doloroso con la mejor recompensa, un Dios que nos ama, es nuestro esposo un padre para nuestros hijos y jamás deja de proveernos lo que necesitamos. Mantén siempre tu mirada fija en el Señor, lo mejor, está por venir. Un abrazo, tu servidora. Lilo de Sierra