No digas que el mundo es un mal lugar, no digas que el mundo apesta, no digas que no vale la pena vivir en este mundo, no digas que el mundo esta muy dañado, antes de decirlo cierra tus ojos y abre tu corazón, vuélvelos a abrir, respira , mira, observa, analiza; el mundo es hermoso, rodeado de sus mil y unas maravillas; mira la naturaleza, los árboles, el cielo, siente el viento, mira las flores crecer y el agua caer; mira a tu alrededor la perfección de cada cosa, mira tu cuerpo y cuán hermosa es su anatomía, que perfecto está sincronizado y te mantiene vivo; mira la abundancia con la que nacimos, las riquezas que poseemos… Antes de decir que el mundo esta muy mal piénsalo dos veces; el mundo ya es perfecto, el mundo no esta mal, los que estamos mal somos nosotros. Hemos perdido nuestra inteligencia, nuestra capacidad de cuidar, cortamos la abundancia del mundo, dañamos el orden de la naturaleza, nosotros somos los que  causamos inseguridad en un mundo seguro, somos los que causamos pobreza en un mundo de riquezas, nosotros causamos guerras en un mundo de paz.  El mundo sin nosotros y con nosotros es el mismo, es nuestro hogar; el no deja de producir, de darnos, de brindarnos, el es una maravilla divina. Nuestras manos egoistas acabaron con esta maravilla, nuestra codicia siempre quiere más, jamas nos basta con todo lo que ya tenemos, cortamos el orden natural de las cosas y nos quemajos y nos angustiamos ante las consecuencias, le hechamos la culpa a los demas de éstas situaciones.  ¡Despierta, éste es tu mundo tambien! Así que cuando digas que el mundo esta mal… recuerda, el no esta mal, tú estas mal, tú familia, tus vecinos, todos, yo; gastamos más energía en decir que el mundo está mal, que la que gastamos tratando de ayudar, porque todo se queda en el tratando y nunca en haciendo, el mundo no está mal , nosotros estamos mal y el solo responde a todo lo que hemos hecho. ¡Recuerda, el mundo nunca estuvo mal!

Katheryn Vega
Gonzo y Geral
Escrito para www.conectadosconcristo.com