TEXTO BÍBLICO
“Dios mío, ¡ayúdame! Por tu gran amor, ¡sálvame! Que sepan que esto me sucede porque tú así lo has querido. Pero si tú me bendices, no me importa que me maldigan. Mis enemigos están listos para atacarme, pero tú los pondrás en vergüenza y a mí me llenarás de alegría.”
(Salmos 109:26-28 TLA)
REFLEXIÓN
Hay momentos en nuestra vida en los que hemos afirmado ¡Ya no puedo más!. Las presiones ejercidas por problemas financieros, de salud, laborales, familiares o de pareja, que son constantes, pueden llegar a ser inmanejables y el estrés generado puede nublar nuestro entendimiento y resquebrajar nuestra fe.
A todo lo anterior se suman los cuadros de depresión que podrían llegar a preceder estas circunstancias y pedir y recibir ayuda nos exige humildad y sinceridad que de ninguna manera se traduce en debilidad.
Tener conciencia de la importancia de nuestra salud mental es imperativo. No existe nadie más dispuesto que nuestro padre Celestial para socorrernos cuando nos encontramos angustiados. Él conoce cada problema y no nos da cargas que no podemos soportar.
Es necesario que entiendas que Dios no puede convertirse en tu última opción, sino que debe ser siempre la primera. La guerra espiritual diaria que sostenemos por nuestra alma, cuerpo y espíritu; requiere una estrategia que abarque las tres dimensiones; es decir, Fortalecer tu alma y tu espíritu a través de la palabra de Dios, la oración y buscando apoyo en la iglesia en donde te congregas para que por medio de una consejería puedas encontrar guía y atender nuestro bienestar físico a través de profesionales especializados que nos ayuden a gestionar nuestras emociones de manera adecuada.
Alabanza sugerida
Canción: Maestro De Milagros – Su Presencia
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OREMOS
Señor, ¡no puedo más!. Necesito un milagro en mi vida. Revela tu gloria y tu poder en cada circunstancia que enfrento hoy. Dame la capacidad de gestionar mis problemas y mis emociones a tu manera y no a la mía. Reorganiza mis prioridades y no tardes en socorrerme. Dame tu mano y no me sueltes. Te entrego hoy mis cargas. En el nombre de Jesús, amén.