“La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos. Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes.»”
(Ezequiel 37 -39 NVI)
Pensaste que jamás ibas a tener que atravesar el mismo desierto, te habían prometido que no tendrías que sufrir, la traición, la mentira, la decepción, es más, creíste que tu felicidad dependía de las personas que me rodeaban…hoy luchas por creer, amar, vivir y sentir a la manera de Dios, pero no es fácil….
Entiende que todo lo que pasa en nuestra vida, cumple un plan y un propósito escrito por nuestro Padre, y que siendo sus hijos desea que seamos felices. Su voluntad es buena agradable y perfecta, aunque nuestra visión esté nublada y experimentemos rayos y truenos a nuestro alrededor y no entendamos el por qué de las cosas …
Es necesario que hagamos un “PARE” y analicemos nuestras circunstancias, no la situación específica, sino con una visión global, buscando respuestas sin fijarnos en lo que hace o no hace el causante de nuestra tristeza, finalmente Dios todo lo ve y es el único que puede juzgar y transformar a esa persona…enfoquémonos en analizar ¿qué quiere Dios que hagamos, pensemos y lo más importante cambiemos?..Debemos ver cada hueso seco de nuestra vida y creer con esperanza que el Dios de los imposibles puede revivirlos y hacer que den luz a quien también necesitan de una guía…
Entonces ¿qué debemos hacer en medio de nuestra tristeza?, Dios nos dice:
«Profetiza sobre estos huesos, y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir. Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor.’ ” » (Ezequiel 37: 4-6)
«Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: “Esto ordena el Señor omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan.” » Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso! (Ezequiel 37: 9-10)
No hablemos más de nuestros problemas, sino hablémosles a ellos, reafirmemos que el poder y el Espíritu de Dios habita en nosotros, declaremos victoria sobre nuestras circunstancias, démosle la oportunidad al Todopoderoso de poner todo en orden, de defendernos, de hacer justicia y de abrirnos puertas y ventanas que absolutamente nadie pueda cerrar.
Decide creerle a tu papá, cuando te dice “Pondré en ti mi aliento de vida, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el Señor.” »” (Ezequiel 37:14), decide seguir hacia adelante, con la mirada puesta en la bendición, ten la seguridad que lo que vives es temporal y que lo que viene a tu existencia, trae una recompensa duradera y eterna.
Da gracias a Dios, por lo que tienes y lo que no, porque Él te da lo que necesitas y está contigo en todo momento, porque te ama…recuerda y jamás olvides alabar a DIOS en tu situación y EL traerá paz y sosiego a tu vida.
No pierdas tú paz y acuérdate de todas las cosas buenas que DIOS ha hecho por ti, así el Espíritu del Señor, te dará la fortaleza para seguir luchando, nadie dijo que iba a ser fácil, pero si podemos ver tan solo por instante, la belleza de la paciencia, podremos descubrir la más hermosa verdad….
¡ENTRE MÁS GRANDE ES LA PRUEBA, MÁS GLORIOSO ES EL TRIUNFO!