Texto Bíblico

Éxodo 20:16 NVI

“No des falso testimonio en contra de tu prójimo”

Reflexión

Primero cae un mentiroso, noveno mandamiento

Lealtad es sinónimo de nobleza, rectitud, honradez, honestidad, hablar siempre con la verdad y crear vínculos de confianza muy sólidos con las personas que nos rodean.

Mentir, en general, es ser desleales con Dios. Cuando somos ligeros al afirmar algo que no es cierto sobre otra persona o alguna situación específica, es como si habláramos de Dios mismo, y cuando seamos confrontados, tendremos que rendir cuentas de eso.

Hemos sido exhortados continuamente por nuestro Padre, a decir SIEMPRE la verdad, no importan cuales sean las circunstancias, aun cuando el afectado seas tú. La veracidad de tus palabras derramará sobre ti bendiciones, serás respaldado por el Señor y podrás salir avante de la circunstancia que se haya generado. Cuando dices falsedades, honras a Satanás quien dice la palabra es “el padre de la mentira”.

Ten en cuenta que cuando dices algo que no es cierto, al pasar el tiempo lo que dijiste o dejaste de decir se irá convirtiendo en una bola de nieve que amenazará con aplastarte, no podrás estar tranquilo y al ser descubierto, no podrás evitar ser señalado en el futuro como una persona que no es digna de confianza y en la medida que juzgues serás juzgado.

Con este mandamiento se nos ordena, no calumniar a nuestro hermano, no involucrarnos en chismes sin tener la seguridad de que lo que estamos diciendo es cierto, revelar o inmiscuirse en la vida privada de una persona, levantar sospechas injustificadas, murmurar o difundir los defectos del prójimo a sus espaldas y dañar la imagen de otra persona a través de las difamaciones expresadas en público. Es tan culpable el que comete todas estas cosas, como el que pudiendo evitarlo no lo hace. Es prudente callar o con mucha firmeza en el corazón o desaprobar tal comportamiento, invitando a quien lo hace a no volverlo a hacer sobretodo en tu presencia.

No hay términos medios, eres un mentiroso o no, las mentiras piadosas no existen delante de Dios. verdades a medias, omitir información, inventar excusas para salir avante en una situación de la que sabes eres culpable, ser cómplice de conversaciones que dañen la imagen de otra persona, ser ligeros de labios y decir lo que no es cierto, es declarar abiertamente que no crees en Dios, de quien podemos afirmar es verdad y justicia.

 

Oremos

Dios mío, perdóname porque me cuesta ser obediente a tu palabra. Es fácil verme envuelto en chismes, murmuraciones o en hablar lo que no es cierto por evitar sufrir las consecuencias de mis malas decisiones. Ayúdame a ser fuerte para cumplir tu ordenanza de hablar siempre con la verdad, para que así te puedas glorificar en mí. Perdóname una y otra vez mis faltas, pon guarda en mis labios, para honrarte a ti y no a satanás con lo que sale de mi boca. En el nombre de tu amado hijo Jesús, y bajo el poder del Espíritu Santo, amén.

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