Con el paso de los años he logrado comprender que Dios tienen un propósito para mi vida. Dicho propósito no es algo que se devele tan solo por pedirlo, no es una manifestación sobrenatural en muchos casos, ni una revelación venida a través de un hombre en otros, incluso puede ser un hallazgo paulatino, moderado y sujeto a lo que nuestro Padre quiera mostrarnos.
Muchos creyentes andan en una búsqueda intensa de esa frase, de esa etiqueta (líder, ungido, etc.) corren tras eso que llamamos propósito, y no hay nada de malo en ello, lo que nos debe ocupar es como llegamos a conocerlo, y como orientar a otros para conocerlo.
Sin embargo, muchos que buscan ese propósito, terminan escarbando en una multitud de lugares, se vuelven como caminantes errantes, visitantes de iglesias en busca de profecías, palabras, eventos, incluso son susceptibles de caer en los lugares equivocados…
Recuerdo una experiencia hace muchos años en la cual una gran amiga me invitó a un servicio en una iglesia local en Bogotá, iglesia que yo no conocía. Lo que sucedió allí no tenía precedentes en mi vida… cientos de personas daban profecías a otros cientos. Noté que muchas personas asistían a ese lugar (claramente una secta) estaban buscando una respuesta rápida, la voz de Dios… Siendo honesto, me quedé a ver que me decían, y por supuesto la profecía que me fue dada resultó falsa. Esto sucede con muchas personas, incluso creyentes, que buscan en el lugar equivocado las respuestas a sus inquietudes, y que de forma inocente terminan enredados en mentiras que los llevan a arruinar sus vidas, o que los llevan a poner sus ojos en hombres y lejos de Dios.
¿Dónde está el pueblo de Dios en esos momentos? Estamos llamados a ser sal y luz, pero insistimos en escondernos en nuestras iglesias, cuando la necesidad de muchos es conocer a Cristo, y ser libres por la verdad plasmada en la Palabra de Dios, lo que al final les permitirá llegar a conocer su propósito.
El propósito de Dios para nuestra vida debe ser revelado a través de la Palabra, y a través de la misma ser confirmado. Pero más allá de esto, es importante comprender que el propósito de Dios para la vida del creyente es Su propósito.
“Puedes hacer todos los planes que quieras, pero el propósito del Señor prevalecerá.”
Proverbios 19:21
Cuando entendemos que las cosas que hacemos, pensamos, decimos y soñamos deben estar bajo el gobierno de Dios, estamos cumpliendo con Su voluntad [buena, agradable y perfecta], sin embargo, ese “entender” implica una transformación en nuestra manera de pensar:
“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.”
Romanos 12:2 – NTV
¡Dios te ama como eres, te busca por lo que eres, respeta quién eres, pero siempre querrá llevarte a otro nivel, y por ello, si recibes a Cristo, serás transformado y movido a no conformarte!
¡Dios te bendiga!
Escrito por Jonathan González – @achristian_walk – para http://www.conectadosconcristo.com